El Mesías llegó inesperadamente. Llegó como un niño en el seno de una mujer que estaba comprometida para casarse. Llegó como un recién nacido concebido por intersección del Espíritu Santo. Es algo semejante a lo que sucede en este tiempo. Dios llega en forma poco usual y sorprendente, en el momento de una oración, en el amor y apoyo de una esposa o esposo, de un socio o un amigo, en la belleza de la creación, en las palabras de la Escritura. Dios está con nosotros incluso cuando dudamos. El Adviento nos da el tiempo para permitir que esto suceda. Entonces reconoceremos al Señor como una presencia muy especial en la Navidad.
Donal Neary SJ
Espacio Sagrado
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