En febrero los Museos Vaticanos pudieron abrir gracias a la bajada de los contagios. Habían estado cerrados por casi tres meses.
Fue un mes en el que también se presentaron cambios en el ámbito legal y jurídico. Por ejemplo se modificó el código penal para reducir la pena de los condenados que muestren buena conducta entre 45 y 120 días por año cumplido en prisión.
El Vaticano también anunció sanciones para aquellos empleados que rechacen la vacuna. Esta podría llegar en el peor de los casos a perder el trabajo.
La pandemia dio tregua pero la situación económica mundial mostró sus heridas. El Papa pidió ayuda para aquellas comunidades más afectadas.
La misa del Miércoles de Ceniza se celebró en la plaza de San Pedro en lugar de Santa Sabina, como suele ser habitual.
A mediados de mes el Papa realizó ejercicios espirituales en el Vaticano. No salió de Roma, como solía hacer en otros años, a causa de la pandemia.
En febrero se reunió con los embajadores acreditados ante la Santa Sede. El encuentro se había pospuesto a causa de la ciática que sufrió el Papa a finales del año anterior y a causa de la pandemia. Francisco expuso sus preocupaciones principales, entre la que figuraba la falta de cooperación internacional.
Francisco también rezó por el embajador italiano ante la República Democrática del Congo, Luca Attanasio, y por el carabinero Vittorio Iacovacci, asesinados durante un ataque en África.
También rezó por la paz en Myanmar tras el golpe de Estado militar que sumió al país en una grave crisis política, económica y social.
RR
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