Tuesday, December 23, 2008

Hoy es 23 DE DICIEMBRE, por Ángel Moreno de Buenafuente



“Mirad, vendrá el Señor, príncipe de los reyes de la tierra, ¡dichosos los que están preparados para salir a su encuentro! (Antífona 1ª de Laudes y Vísperas del lunes antes de Navidad).



Al comienzo del Adviento, tuvimos una llamada a emprender el camino en actitud esperanzada, pero a le vez atenta, explicitada en tres exhortaciones: “Velad”, “Vigilad”, “Mirad”.



A partir del día 18 de diciembre, vigilar y velar, ante la próxima llegada del Señor, dan paso al mirar, porque ya estamos ante la presencia inminente del que esperamos. La vigilia y la vela son porque esperamos, mirar, en cambio, es porque tenemos a la vista la promesa.



La llamada a hacer guardia, a estar atentos y conscientes se produce por el anuncio de la venida. “Tocad la trompeta en Sión, porque está cerca el día del Señor.



Mirad: viene a salvarnos” (Antífona 1ª de Laudes del IV domingo de Adviento). Mirar implica contemplación, admiración, sobrecogimiento. “Contemplad cuán glorioso es el que viene a salvar a todos los pueblos” (Antífona 1ª de Vísperas del IV domingo de Adviento)



La llamada se intensifica al iniciarse la última semana de preparación:


El día 18, el profeta Jeremías exhortaba:
“Mirad que llegan días en que suscitaré a David un vástago” (Jer 23, 5).


El día 20, Isaías nos alegra con la noticia:
“Mirad: la virgen está encinta y da a luz un hijo…” (Isa 7, 14)


El día 21, se leen las palabras de David a Natán. “Mira, yo estoy viviendo en casa de cedro, mientras el arca del Señor vive en una tienda” (2 Sam 7, 2).


El día 22, María proclama que el Señor ha mirado su humillación (Lc 1, 46).


El día 23, el profeta Malaquías llama la atención con las palabras: “Mirad (he aquí), yo envío mi mensajero para que prepare el camino ante mí. Miradlo entrar.
Mirad, os enviaré al profeta Elías antes de que llegue el día del Señor”. (Mal 3, 1. 23)


La antífona del salmo interleccional de este día reitera la llamada: “Levantaos, alzad la cabeza se acerca vuestra liberación”.


No hay duda. La Liturgia nos invita a una actitud contemplativa, expectante, capaz de admirar, de sorprenderse, por el sol que viene de lo alto, según canta Zacarías..


Los pastores de Belén se dirán unos a otros: «Vayamos, pues, hasta Belén y veamos lo que ha sucedido y el Señor nos ha manifestado» (Lc 2, 15).


Ecclesia

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