Friday, February 13, 2009

Meditando con los santos y beatos del día: S. PABLO LE-VAN-LOC



Hoy, 13 de febrero, la iglesia conmemora el nacimiento para el cielo de SAN PABLO L VAN LC, quien fuera martirizado en un día como hoy del año 1859, en tiempos del emperador Tuduc, en Thi-Nghe, Tonkin, hoy Viet-Nam del Norte. Oriundo de la ciudad de An-Nhon, fue sacerdote. En 1988 el Papa Juan Pablo II le inscribió en el catálogo de los SANTOS junto con Andrés Dung Lac y otros 109 compañeros mártires.
Hoy, también, la iglesia conmemora el tránsito a Dios de SAN PABLO LIU HANZUO, quien fuera martirizado en un día como hoy de 1819 en la localidad de Dongijiaochang de la ciudad de Lezhi, provincia de Sichuan, en China. Nacido en el año 1778, en este país, fue sacerdote diocesano. En el año Jubilar 2000, Juan Pablo II le inscribió en el libro de los santos junto con otros 119 mártires de la Iglesia china. Unidos pues hoy a las comunidades cristianas de Viet Nam y de China, brindemos nuestro ferviente aplauso a los santos Pablo Le-Van-Loc y Pablo Liu Hanzuo.


Meditación
QUERIDO SAN PABLO L-VAN-LC: permítenos hoy en el día de tu fiesta conversar un momento contigo. Realizas tus estudios en el seminario de Cai-Nhum, y luego, en el de Penang, volviendo a tu patria después de siete años. Aquí te desempeñas como catequista, con tal celo apostólico, que solo en el primer año de trabajo, logras convertir a la fe católica a más de doscientos compatriotas. Demuestras tener una gran capacidad para comunicar la fe y contagiarla. Eres entonces invitado para ser profesor en el nuevo colegio católico de Thu-Duc, y poco después te trasladan a Thi-Nghe, en donde ganas gran prestigio, no solo como profesor, sino como «formador». Ante esto, el Obispo de la diócesis decide concederte la ordenación sacerdotal y, al mismo tiempo, encargarte de la dirección del colegio. Grande responsabilidad caía sobre tus hombros ya que la situación en el Vietnam se tornaba cada vez más difícil. En efecto, los mandarines deciden exterminar a los misioneros. Pero cosa curiosa, las autoridades vietnamitas, al observar tu doctrina y sabiduría, deciden nombrarte primer secretario de la prefectura, a condición de que apostates de la fe cristiana. Imagínate! Tu no estabas dispuesto a dar ni un paso atrás en tu fe. Y en vista de esto, te decapitaron a las puertas de la ciudad. Bravo hermanos! Les suplicamos nos contagien su fe y fortaleza, para que ni por miedo a los sufrimientos ni ambición de los halagos, demos jamás un paso atrás en nuestro compromiso cristiano.
Radio Vaticano

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