"…Pero, di, ¿es que no he hecho nunca más que soñar?..."
(Niebla, de Miguel de Unamuno)
No es fácil caminar a través de la niebla. Los límites se desdibujan, permitiendo que la duda se instale en el rincón más incómodo de la casa.
La niebla lo puebla todo. Desorienta, atemoriza, empapa. Atenúa, impide, esconde.
No es fácil percibir lo lejano a causa de la niebla. La certeza huye despavorida, concediendo a su incómoda enemiga, la frontera, la oportunidad de ofrecernos una tierra de nadie amplia y habitable.
No. No es fácil afrontar sólo la ambigüedad de la niebla. ¡Son tantas las preguntas que aún no he formulado!Es una lata la niebla. La niebla lo puebla todo. Pero afortunadamente, también puebla la tiniebla. Y eso, amigos, es motivo de esperanza
Luis CArlos /
pastoralsj
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