Apolo, Bolivia (Patricio Downes/ RD).- La abadesa del convento cisterciense Nuestra Señora de Nazareth, hermana Johanna Laura, cuya quinta de 13 hectáreas fue ocupada por la fuerza, dijo que las 11 religiosas que viven allí están "intranquilas y con temor" por su seguridad.
El predio -ubicado en Apolo, 100 kilómetros al norte de La Paz- fue tomado por la fuerza hace dos semanas por campesinos de la zona, mientras que las autoridades locales y las que dependen del presidente Evo Morales, se negaron a desalojar a los intrusos.
Según el sistema Maná, del Episcopado de Bolivia, la hermana Joanna señala que la comunidad religiosa se encuentra intranquila frente al atropello sufrido, ya que cerca de 100 personas han tumbado a pico y golpes de maza las paredes que rodeaban la propiedad.
Los campesinos que reivindican la posesión por tratarse de "tierras improductivas", instalaron sus carpas y viven en el lugar según la monja "aparentemente apoyados por dos concejales del municipio de Apolo y con Hugo Ortiz, Norah de Ortiz y Manuel Vidaurre dirigentes de la Central Indígena del Pueblo Leco de Apolo (CIPLA), a la cabeza".
"Cuando nos avisaron que se habían entrado a los terrenos quisimos hablar con ellos pero no nos dejaron y comenzaron a insultarnos, la propiedad ha sido comprada por la congregación en 1963 a una señora viuda de apellido Valencia, todo está en orden con papeles en derechos reales y folio real, no se como se han atrevido a entrar a estos terrenos", explicó.
El incidente se suma a los roces permanentes entre el presidente Evo Morales y sus seguidores, con la Iglesia Católica y en especial con el cardenal primado y arzobispo de Santa Cruz, Julio Terrazas Sandoval.
Asimismo la religiosa informó que en el predio tomado existían 80 plantas de mara, 50 plantas de cedro y ceibo además de una pequeña cantidad de ganado. La congregación junto a la diócesis de Coroico han iniciado las medidas legales contra esta acción que se califica como atropello.
La religiosa recuerda que el convento cumple con la función social desde la fundación del convento en Apolo, "este monasterio no trabaja para nosotras mismas, trabajamos para la comunidad, para las familias, día a día ofrecemos nuestro trabajo a la comunidad, tenemos jóvenes en el internado que les damos alimentación, alojamiento y material escolar gratis y no se puede comprender que nos atropellen de esa forma, yo pido a esas personas que mediten sus acciones".
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