Saturday, August 01, 2009

ETA asesina a personas y niega la posibilidad de un orden social sin su terror, con no pocos votos


He escrito más de una vez, y lo repito, que ETA es la barbarie. Ellos personifican la barbarie. Hoy por hoy, es su identidad moral más íntima. La barbarie moral es lo que ordena su alma. Los suyos no lo ven. Los creen capaces de amor. Pero sólo son capaces de amar a los que les ensalzan y comparten ideología. Antes “respetaban” a los que callaban. Ya no. No les interesan. Van a por éstos.

Me explico. ¿Qué pretende ETA con los atentados de Burgos y Calvià? Decimos, "quieren que sepamos que están ahí, que los recordemos; quieren mostrarse fuertes cuando más débiles se encuentran; quieren amedrentar a la población y que la gente desista y presione por otro intento de diálogo; quieren que las instituciones del Estado piensen en una salida pactada; quieren que sufra la industria del turismo y que Europa se entere...".
A mí, hoy, salvo la idea de "recordarnos que siguen ahí", las demás me parecen cada vez más débiles. No creo que las consideren políticamente factibles. Por eso creo que el destinatario principal de estos atentados somos los vascos. Me refiero al mensaje; ¡Dios me libre de olvidar a las víctimas directas de lo atentados! Es a nosotros a los que se nos está diciendo, "estamos aquí" y no vamos a irnos sin que aceptéis nuestro proyecto político de “verdades mínimas”. Tendréis que soportar nuestras barbaridades, porque ninguna otra "cosa" nos importa más que "nuestra causa"; ni sabemos, quizá, vivir de otro modo. Habláis "de la absoluta degradación moral de nuestra conciencia ética", pero "¿qué es eso para nosotros?".
El destinatario de los atentados, del mensaje de los atentados, es el ciudadano vasco nacionalista o vasquista. El otro, el "no nacionalista", lo dan por perdido. Para ellos es simplemente "extranjero" y "enemigo"; más aún, "no existe". La "causa" tiene todos los derechos frente a éstos. Y si el destinatario principal es el ciudadano vasco nacionalista o vasquista, el mensaje es claro, "vosotros sois realmente el problema vasco, y a por vosotros vamos, si no os sometéis". Los atentados son, hoy, un elemento más de la acumulación de fuerzas dentro de los vascos.
Y en consecuencia, a nosotros nos toca, los vascos de todos los colores democráticos, guardar con celo de familia los valores éticos que nos hacen dignos, de uno en uno y juntos, y templar a fuego nuestro espíritu para no ceder, ni callar, ni transigir en moral y en política. El terror de ETA es terror. Los derechos de la gente son primordiales y de todos, y siempre. El que calla sobre el terrorismo en política, y se dedica a ella, arruina sus derechos. El que crea arte, literatura, opinión o riqueza, y calla sobre el terror contra los otros, está envolviendo escoria en oro.
Por el contrario, una conciencia moral humilde y democrática, siempre dispuesta a ver las razones de los otros, y a respetar sus derechos, desde luego que sí, pero firme y recia contra el terror en política, y contra quienes lo disculpan o explican; e insobornable en el respeto de la dignidad de cada uno y de todos juntos, es la primera nación que todos los vascos de bien tenemos que guardar. La primera nación, sin duda, es la vida y los derechos fundamentales de la gente. La primera nación, absolutamente seguro, es ética, es la dignidad de las personas, comenzando por las más débiles, y desde aquí, toda la política del mundo y todas las luchas por la justicia. Es tan claro y tan viejo, que ETA parece un mal sueño. La primera nación de los vascos, sin duda, es la vida digna de todas las personas. La dignidad de las personas es también la primera nación política.

José Ignacio Calleja
Del blog Rumores de Ángeles
RD

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