Saturday, December 11, 2010

EE UU ve el Vaticano como un poder cerrado, provinciano y anticuado



Wikileaks también filtró los informes sobre el Cónclave que eligió a Ratzinger como Papa


Califica a Bertone de un "yes man" sin experiencia diplomática


Lombardi "tiene Blackberry pero no acceso al Papa"



Los cables revelan las críticas de la embajada por los "fracasos de comunicación"




El Papa Benedicto XVI sería responsable de la creciente hostilidad del Vaticano hacia la adhesión de Turquía a la Unión Europea (UE), según se desprende de cables de la Embajada de Estados Unidos en Roma, que ahora han sido revelados por Wikileaks.



En 2004, el cardenal Ratzinger, futuro Papa, habló en contra de dejar que un estado musulmán se uniera a la Unión, aunque en el momento el Vaticano fue oficialmente neutral en la cuestión. En ese momento, el ministro de Exteriores vaticano, monseñor Pietro Parolin, respondió diciendo a diplomáticos estadounidenses que los comentarios de Ratzinger eran en su propio nombre y no mostraban la posición oficial del Vaticano.



El cable publicado por Wikileaks muestra que Ratzinger fue la voz principal detrás de la postura de la Santa Sede para asegurar una referencia a las "raíces cristianas" de Europa en la Constitución de la UE.



Según los cables filtrados, el diplomático estadounidense señaló que Ratzinger "entiende claramente que permitir la entrada a un país musulmán en la UE debilitaría aún las bases cristianas de Europa", según recoge el diario británico 'The Guardian'.


En 2006, con Parolin trabajando para el ya Papa Benedicto XVI, el tono se enfrió en las declaraciones sobre Turquía. "Ni el Papa ni el Vaticano han aprobado la adhesión de Turquía a la UE per se", dijo al enviado estadounidense. "Más bien, la Santa Sede ha estado siempre abierto a la adhesión, destacando sólo que Turquía debe cumplir los criterios de Copenhague de la UE para ocupar su lugar en Europa", afirmó.



En este sentido, Parolin no contaba con que Turquía fuera a cumplir con las demandas sobre la libertad religiosa que se deben satisfacer para ingresar en la UE. "Una gran temor es que Turquía pueda entrar en la UE sin haber hecho los avances necesarios en libertad religiosa, por lo que (Parolin) ha insistido en que los miembros de la UE y EEUU deben presionar al Gobierno (turco) sobre estas cuestiones", relató el diplomático. Así, Parolin afirmó que la "persecución abierta no podría ser mucho peor para la comunidad cristiana en Turquía".


Los cables revelan presiones del Gobierno estadounidense entre Roma y Ankara acerca de la entrada de Turquía en la UE. "Esperamos que un funcionario de alto nivel del departamento pueda visitar la Santa Sede y les aliente a hacer más para impulsar un mensaje positivo hacia Turquía y la integración", concluyó el cable de 2006.


En 2009, el embajador estadounidense informó antes de la visita de Barack Obama que "la posición actual del Vaticano es que, al no ser miembros de la UE, no tienen ningún papel en la promoción o veto de la adhesión de Turquía". "El Vaticano podría preferir que Turquía desarrollo una relación especial antes que la adhesión", afirmó.


Los cables revelan que el Vaticano habitualmente ejerce influencia a través de canales diplomáticos, aunque a veces niegue que lo está haciendo. El Vaticano mantiene relaciones diplomáticas con 177 países y ha utilizado su estatus para presionar a EEUU, la ONU y la UE en un esfuerzo concertado para imponer su agenda moral a través de los parlamentos nacionales e internacionales, según la información de los cables.



El homólogo estadounidense de Parolin en Roma, Brent Hardt, dijo que "el potencial de la Santa Sede para influir a los países católicos para apoyar la prohibición sobre la clonación humana", tema sobre el que Parolin destacó su acuerdo con la posición de EEUU, además de comprometerse a apoyar plenamente los esfuerzos de las Naciones Unidas para tal prohibición.



POLONIA COMO CABALLO DE TROYA

Los cables también revelan que el Vaticano planeaba utilizar a Polonia como un caballo de Troya para difundir los valores católicos de la familia a través de las estructuras de la Unión Europea en Bruselas.



El entonces embajador de EEUU ante la Santa Sede, Francis Rooney, informó a Washington en 2006, poco después de la elección del Papa Benedicto XVI, que "la Santa Sede confía en que Polonia mantenga la línea en la UE sobre la vida y la familia y sirva como contrapeso a la laicidad de Europa occidental una vez que el país se había integrado en la UE".


El cable señala que el Papa Benedicto XVI estaba preocupado con el aumento de la distancia psicológica de Europa de sus raíces cristianas. "El ha seguido centrándose en el potencial de Polonia en la lucha contra esta tendencia. Este fue uno de los temas de la visita de varios grupos de obispos polacos en el Vaticano al final del año pasado [2005]", declaró Rooney.



"Es un tema que siempre sale", explicó el director de Asuntos Exteriores vaticano para Polonia, el monseñor Michael Banach. "Nos dijo que las ambas partes reconocieron que era necesario que los obispos polacos ejercieran el liderazgo para enfrentar la laicidad de Europa occidental", agregó.




CAMBIO CLIMATICO

En otros asuntos globales como el cambio climático, el Vaticano trató de utilizar su autoridad moral como palanca, mientras se niega a suscribir tratados formales, tales como el acuerdo de Copenhague, que requieren compromisos de presentación de informes.


En una reunión en enero de 2010, el representante papal sobre cambio climático en la Secretaría de Estado Vaticano, Paolo Conversi, dijo a un diplomático estadounidense que el Vaticano "alentaría a otros países discretamente a asociarse con el acuerdo cuando se presente la oportunidad".



El diplomático señaló que la oferta de Conversi para apoyar a los EEUU, aunque discreta, fue significativa porque el Vaticano era "a menudo reticente a comprometer su independencia y su autoridad moral por asociarse a los esfuerzos de cabildeo en particular". "Aún más importante que la asistencia del Vaticano, sin embargo, es la influencia de la orientación del Papa puede tener en la opinión pública en los países con grandes mayorías católicas y más allá", apostilló el diplomático estadounidense en Roma.




PRESIONES A VENEZUELA

Por otra parte, el Vaticano mostró a los estadounidenses su voluntad socavar el presidente venezolano, Hugo Chávez, en América Latina debido a las preocupaciones por el deterioro del poder católico. En este sentido, la Santa Sede teme que Chávez está dañando seriamente las relaciones entre la Iglesia Católica y el Estado mediante la identificación de la jerarquía de la iglesia como parte de la clase privilegiada.


El encargado vaticano de los asuntos de Caribe y la zona Andina, monseñor Angelo Accattino, dijo que Obama debería llegar a Cuba "con el fin de reducir la influencia de Chávez y acabar con su camarilla en América Latina". En diciembre del año pasado, el asesor de Estados Unidos para Europa Occidental en la ONU, Robert Smolik, dijo que el observador del Vaticano era "siempre activo e influyente detrás de los escenarios" y "activamente influyente en los pasillos y en consultas informales, en particular en las cuestiones sociales".



En 2001, otro diplomático estadounidense en el Vaticano declaró: "La Santa Sede seguirá tratando de jugar un papel en el proceso de paz en Oriente Medio al tiempo que niega esa intención".




Los cables del actual embajador USA en el Vaticano

El embajador ante la Santa Sede, Miguel Humberto Diaz, enviado por el presidente de EEUU Barack Obama en mayo de 2009, y su "número dos", Julieta Valls, ambos católicos y de origen hispano, informan de que la crisis causada por los abusos sexuales a menores en Irlanda será, dicen, "dolorosa todavía durante muchos años"; analizan el polémico regreso de los obispos cismáticos lefebvrianos a la Iglesia, sopesan las dificultades y vaivenes que sufre el diálogo entre católicos y judíos.


Pero, sobre todo, dedican páginas y días a describir y criticar "los fracasos y torpezas" cometidos por el aparato de la comunicación vaticana al tratar todos esos problemas.


En un cable confidencial del 20 de febrero de 2009, Julieta Valls explica a Washington que "en el Vaticano, el Papa es el responsable último de todas las decisiones importantes", pero que al mismo tiempo suele delegar tareas en "aquellos que más saben o mejor informados están sobre cada materia particular", y que ahí entra en juego una curia "ítalo-céntrica, descentralizada y trasnochada" que se comunica con notas "escritas en un lenguaje en un código que nadie fuera de ellos es capaz de descifrar".



El cable no ahorra epítetos ni críticas al sistema de poder de la Iglesia. Califica al Vaticano como "not spin city" (juego de palabras que convierte "la ciudad sin pecado" en "la ciudad que no comunica"); critica "la debilidad del liderazgo en la cúpula", afirma con alarma que en el núcleo duro del Papa hay "muy pocos asesores que hablen inglés" y concluye que la curia "minusvalora (y lo ignora todo sobre) las comunicaciones del siglo XXI".



Ataques a Bertone

La embajada certifica que los estadounidenses y, en general, los anglófonos no pintan casi nada en la curia actual. Su principal contacto en la curia es un irlandés, el informador protegido monseñor Paul Tighe, número dos del Pontificio Consejo para las Comunicaciones. Tighe confiesa a Valls que los asesores más cercanos a Benedicto XVI son italianos, y sugiere que sería bueno nombrar "más portavoces ingleses nativos en el círculo íntimo del Papa".
La discreción y prudencia de la curia italiana ante los representantes de Estados Unidos quedan de manifiesto en los cables. Ningún interlocutor da una pista de más al embajador o a su número dos, quienes a su vez replican a la ofensa tildando de provinciano al Gobierno vaticano y criticando "la ausencia de voces disidentes".
Las críticas empiezan por el secretario de Estado y número dos del Papa, Tarcisio Bertone, al cual Valls define como un notorio "yes man" (un hombre que siempre dice que sí), y que está ayuno de toda experiencia diplomática ("habla solo italiano, por ejemplo").
Con Blackberry, pero...
La Embajada de EU dibuja un perfil tragicómico del responsable de la Sala de Prensa vaticana, el padre Federico Lombardi. Dice que "usa Blackberry", y le define como "una anomalía dentro de una cultura en la que muchos de los dirigentes más importantes no tienen siquiera correo electrónico".
El problema, afirma Valls, es que el portavoz "no forma parte del círculo íntimo del Papa, no tiene ninguna influencia sobre las principales decisiones, no da forma a los mensajes, sino que se limita a entregarlos". Y, por si fuera poco: "El pobre hombre está saturado de trabajo porque es simultáneamente jefe de la Radio Vaticana y del Centro Televisivo Vaticano, y corre literalmente de un despacho a otro durante todo el día".
Unidad, 1-Diálogo judíos, 0
La señora Valls destila cultura católica y narra los hechos con notable precisión, agudeza y neutralidad. En otro cable, del 27 de enero de 2009 (189059), calificado secreto, elaborado con motivo de la crisis causada por el regreso de los cismáticos lefebvrianos y titulado Unidad de la Iglesia, 1-Relaciones católicos-judíos, 0, Valls había escrito: "El Vaticano es un socio formidable que necesita lecciones en relaciones públicas".
En ese despacho explicaba que "el Papa a veces irrita a políticos y periodistas al hacer lo que piensa que es mejor para la Iglesia, como reintroducir a los lefebvrianos o considerar la canonización de Pío XII".
Su antecesor, añadía, "también padecía bastante esa misma indecisión. diplomática añadía que, "desde fuera, muchos consideran que la Iglesia está fuera de onda con el nuevo milenio, y piden que sea más moderna y acomodaticia. Lo que esos observadores no reconocen es la consistencia de las decisiones y la actitud en cuestiones clave como la reunificación de la Iglesia o la dignidad de todos los seres humanos".
Quizá para equilibrar los elogios, o quién sabe si dejando traslucir su frustración por el desastre ocurrido, Valls explicaba: "Los portavoces de la Santa Sede podían haber denunciado con gran resonancia las tesis negacionistas del obispo Williamson al mismo tiempo que el Papa anunciaba su regreso a la Iglesia, pero esperaron unos días para hacerlo y lo hicieron débilmente. Para entonces, mucha parte del daño ya estaba hecho. En vez de marcar un triplete -reunificación de la Iglesia, demostrar la generosidad de la Iglesia con quienes han errado, y reafimar los horrores del Holocausto-, la Iglesia católica está jugando ahora a remontar".
Europa Press, 11 de diciembre de 2010
RD

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