Sus dudas y cuestionamientos sólo significan que respiran el aire del siglo XXI. Van a regocijarse por encontrar finalmente una forma de conectar su cabeza con el corazón (Shelbi Spong)
1 de febrero, Fiesta de la Presentación del Señor.
Lc. 2, 22-40
El niño crecía y se fortalecía, llenándose de sabiduría y gracia
Se trataba de un tema delicado: la circuncisión del niño. Simeón dijo muchas cosas. El padre y la madre se quedaron admirados pero, como se deduce del texto evangélico, allí nadie entendió nada. No obstante, la prudente María, guardó todo aquello en su corazón. Mejor, en toda su persona, cerebro incluido.
Seguro que San José hizo otro tanto. De Jesús, nos dice Pablo en su Carta a los hebreos que Jesús tenía que ser en todo semejante a sus hermanos, y por eso participó de nuestra propia carne y sangre (Heb 2, 17). La armonía de las palabras y hechos relatados de él en el Nuevo Testamento son su mejor garantía.
Lucas cierra su evangelio de hoy insistiéndonos en que "El niño crecía y se fortalecía, llenándose de sabiduría y gracia".
Las sugerentes viñetas ofertadas por Enrique Martínez Lozano nos sumergen en una teología profunda de la relación unívoca de estos dos órganos vitales del cuerpo humano. Un modelo gráfico de lo que hizo Jesús, y una invitación a que todo ser humano le imitemos en ello.
En la primera, la perspicaz Mafalda nos recuerda la importancia de órganos tan vitales tienen para nuestro ser. La idea de ubicar el corazón en la cabeza y el cerebro en el pecho, y conectados entre sí, son toda una lección sobre la manera de vivir el Evangelio. De pensar con amor y amar con sabiduría, como propone el texto.
El croquis del segundo dibujo, con un laúd en el interior del cuerpo, el clavijero en forma de cerebro y la caja simulando el corazón. Con el mástil y las cuerdas a modo de teclado y los dedos pulsándolas –afinando, dice la leyenda- hasta acordar la sintonía de ambas estructuras físicas.
Finalmente un tercer dibujo: un corazón y un cerebro caminando cogidos de la mano. Lleva por título A ver... ycomentan que quieren conversar en un lugar tranquilo y tratar de ponerse de acuerdo. Cosa que siempre resulta mucho más fácil cuando, como posiblemente ellos, se tiene presente esta sentencia de Buda: "La verdad en sí misma sólo puede ser alcanzada dentro de uno mismo mediante la más profunda meditación y conciencia".
En Un cristianismo nuevo para un mundo nuevo, su autor nos considera "personas con sed espiritual que respiran el aire del siglo XXI, capaces de encontrar finalmente una forma de conectar su cabeza con el corazón". Capacidad y conexión necesarias como nunca en nuestros días. El Papa Francisco nos recordó en una de sus recientes alocuciones en el parque Rizal de Manila, que el mundo debe "aprender a llorar" por la suerte de los pobres, los hambrientos, los sin techo y los niños víctimas de abusos.
CRISTIANO FIEL Y HUMANO
El hombre arrojó al cielosu condición humana,y al perderla perdió también la gloria.
Perdió su meta, en fin, y su cordurade ser cristiano fiel, de ser humano.
¿Cómo volver a ser tú dueñode lo que al cielo diste sin sentido?
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Desoye fiel cristiano para siemprelos cantos de sirena,que suenan engañososdesde la teología.
Escucha la voz ciertade la antropología.
Los dioses wagnerianos se comportansiempre como humanos.
(SOLILOQUIOS, Ediciones Feadulta)
Vicente Martínez
Fe Adulta
Fe Adulta
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