Algo para pensar y orar en esta semana

El arte religioso muestra a María con un Rosario en sus manos. Pero no tiene sentido pensar en María diciendo "Santa María".... Nuestra Señora nunca rezó el Rosario; pero tiene sentido recibirlo como su regalo, algo que las personas creyentes han adoptado a lo largo de los siglos como una oración simple y profunda. Los dedos encuentran alivio al pasar cada una de las cuentas benditas. El ritmo repetitivo de las oraciones libera la mente, la que se dirige a múltiples direcciones: el diseño de la ropa, las necesidades de los niños, la enfermedad de un amigo, una preocupación abrumadora; para todas ellas rogamos a Dios que nos escuche. Permite además reflexionar sobre los misterios de la vida de Jesús, ligadas a los períodos de nuestra vida; o recordar tiempos de alegrías o de angustias, en los cuales tratamos de ver cómo Dios nos acompañaba, aunque parecía estar lejos.

Aún cuando nuestra oración se vuelve silenciosa y sin palabras, a medida que envejecemos, el Rosario nos puede seguir ayudando. Hay personas que convierten el pasar de las cuentas en una oración que no necesita pensamientos ni lenguajes. Se le ha llamado la oración de la mirada simple, o la oración mística. Los nombres no importan. La oración es, como la define el catequismo, una ascensión de la mente y el corazón hacia Dios, y para ello el Rosario es sólo un primer impulso. Es en definitiva un regalo de María, para ser empleado como mejor nos ayude.

De Espacio Sagrado