El cardenal Bertone, Secretario de Estado del Vaticano aseguró que muy pronto habrá altos cargos para mujeres en la Santa Sede. La noticia ha recorrido todos los foros mediáticos. Sin embargo no ha producido grandes reacciones. Es de dominio público que la mujer en la iglesia católica tiene más presencia que los varones, pero está sometida a ellos por imperativos históricos, de suerte que como mucho llega a ser la sirvienta de monseñor.
Me parece que a las feministas radicales, el asunto las deja frías. No hay ley de paridad en la Santa Sede, pese a que si todas las mujeres decidiéramos unirnos en una sola voz la Iglesia temblaría. ¿Saben ustedes el porcentaje de feligreses que acude a cada una de las parroquias?. La mayor parte son mujeres, lo mismo en las obras pías de asociaciones tipo Cáritas o Manos Unidas.
Dentro de las grandes manifestaciones de perdón de Juan Pablo II, no recuerdo que se haya pedido perdón a la mujer por el trato vejatorio durante generaciones enteras, en las que ha sido sometida a la autoridad paterna, marital y religiosa. Hay joyas de la literatura teologica que nos dejan sin intelecto. No se asusten no voy a hacer apología del feminismo, pero sí constatar que algo no funciona si se sigue con la misoginia como forma de gobierno en la Santa Sede.
Queda claro que pese a la incorporación de la mujer en las Facultades de Teología, sólo hay un 10% de profesoras en las Universidades Pontificias y, ninguna de ellas, es titular de cátedra. Cuando una mujer pueda dirigir los ejercicios espirituales de obispos, cardenales o del mismo Papa, tan sólo habremos avanzado un paso de pulga. Porque se diga lo que se diga, el director espiritual, el confesor, seguirá siendo un varón. Y la mujer quedará sometida a sus criterios.
Veo que las religiosas se han modernizado, pero siguen diciendo que dependen de los superiores. De manera que las superiores, a su vez, deben dar cuenta a un varón. Por tanto el hombre revestido de la autoridad de su ministerio tiene entre sus muchas funciones la de asesorar en el mejor de los casos, o la de subyugar en la peor de sus variantes a la mujer.
Teniendo en cuenta que la sociedad ya admite una autonomía de la mujer, una independencia económica y personal, no parece extraño que las feministas abominen de la Iglesia a quien consideran represora en la mayoría de sus facetas. Hablo de mujeres alejadas de la fe. Puesto que quienes hemos tenido un encuentro con Cristo y vivimos la fe en el día a día, vamos capeando el temporal como buenamente podemos. No sin grandes dificultades, aunque podamos dar gracias a Dios por cada varón que se acerca a nosotras como hermano y no como señor.
De momento el cardenal Bertone habla de mujeres con responsabilidad en la Iglesia con referencia a una religiosa que se encarga del departamento de Internet en el Vaticano; otra que es subsecretaria de la Congregación para los Institutos de vida consagrada; y una laica que es Presidenta de la Academia Pontifica de Ciencias Sociales.
Mi enhorabuena a las tres.
Carmen Bellver
Católica, laica, convencida de que la fe libera y humaniza al individuo. Diplomada en Ciencias Humanas, es docente de Audición y lenguaje en un Centro público.
Es una apasionada de las Ciencias Humanas, donde el diálogo fe-cultura abarca múltiples aspectos: religión, filosofía, literatura, teología, política, antropología, sociología... Colabora en diferentes publicaciones aportando sus convicciones a esta sociedad que reduce el hecho religioso a lo privado, por ello su blog desea ser un espacio de opinión donde la fe y el humanismo caminen juntos.
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