Los cristianos son conscientes de sus divisiones, obstáculos para la acogida del Evangelio; pero los cristianos imploran también del Señor el don de la plena comunión. El deber de la oración por la unidad de los cristianos fue la consigna que dejó este domingo el Papa.
La exhortación resuena en esta semana dedicada al compromiso ecuménico, iniciativa providencial que, como recordó el Santo Padre, nació hace cien años y que este año se inspira en el tema bíblico de denso significado: “Orad sin cesar”.
Benedicto XVI dirigió esta invitación a 200.000 personas, muchos jóvenes universitarios, presentes el domingo en la Plaza San Pedro: les recordó cómo el ambiente universitario fue su mundo por muchos años y cómo se siente unido a este mundo a través del amor por la búsqueda de la verdad, por la confrontación, por el diálogo franco y respetuoso de las posiciones recíprocas.
Después de que se le impidiera visitar la Universidad “La Sapienza”, el Papa invitó al respeto de las opiniones de los demás y a buscar, con espíritu libre y responsable, la verdad y el bien. Palabras que piden diálogo y respeto, no conflicto e intolerancia. De este modo Benedicto XVI ha podido dirigir un último, urgente y significativo llamamiento a la Italia de la cultura y de la universidad.Benedicto XVI: “Sigamos adelante en este espíritu de fraternidad, de amor por la verdad y por la libertad con el compromiso común por una sociedad fraterna y tolerante”.
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