«Sobre el futuro puedo deciros muy poco, pues apenas estamos comenzando la Congregación General», anunció con sencillez el Padre Nicolás, dejando muy claro que «mi postura es la de escuchar y obedecer».
Ante la mirada de sorpresa de quien imaginaba la Compañía de Jesús como una especie de unidad militar que obedece ciegamente a un jefe, Adolfo Nicolás explicó que «la Congregación General está por encima del Padre General. Yo debo obedecer».
No fue necesario preguntarle por sus prioridades, pues se adelantó a explicar que «lo que a mí me interesa es saber qué desea la Congregación General», sobre todo en «cómo responder a lo que nos ha pedido el Papa».
La Congregación número 35, que eligió en su día al puertorriqueño Luis Orlando Torres como secretario general y al español Ignacio Echarte como su ayudante, ha elegido ahora al español Luis Magriñá, de la provincia Tarraconense, como uno de los diez miembros de la comisión ejecutiva.
A su vez, el Padre Nicolás nombró a Luis Magriñá como uno de los tres moderadores de las sesiones generales, celebradas en un aula presidida por una moderna escultura de San Ignacio en actitud lanzada hacia delante, caminando deprisa a evangelizar el mundo.
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