Sunday, January 06, 2008

LOS SEMÁFOROS DE UN BÉLEN

Por José María Maruri, SJ

1.- En la vida hay unos que se ponen en camino, que están siempre en camino y hay otros que están siempre parados, que ya están de vuelta de todo. Como en los nacimientos que se ven en lo alto de un monte de corcho el castillo de Herodes todo cerrado y sus ventanas encendidas, están todos dentro, nadie se mueve.

Y en la explanada que suele hacer delante del portal todo es movimiento, unos pastores que se dan prisa en llegar con un cordero sobre los hombros, una mujeruca guiando con un palo unos pavos, hasta en las montañas aparecen ya los Magos caminando deprisa por montes de corcho y musgo hacia Belén y la estrella con su largo rabo de luz en señal de movimiento.

--Los que se mueven van con gozo, en busca de algo, capaces de creer y de gozar de lo maravilloso, esos son los que ven a los ángeles, los que siguen la estrella.
--Los otros son los desilusionados, los que ya no creen en nada, aunque se llamen cristianos, los que en la estrella que guía no ven más que una estrella, un fenómeno energético de la naturaleza.
--Los que se ponen en camino se lanzan a la aventura de buscar por senderos de montaña, sendas estrechas y duras, sendas de pastores y ovejas, camineros de Dios, que se llama Pastor así mismo y llegar a encontrar a Jesús en brazos de María.
--Los parados no quieren correr el riesgo y la aventura de la Fe, no les gustan los senderos del Buen Pastor, quieren la seguridad de las autopistas, todo bien señalizado, donde los faroles de mercurio hacen palidecer la estrella que apenas se ve con tanta seguridad humana.

2.- Quieren semáforos rojos y verdes, que señalen exactamente el límite de nuestras obligaciones, para no hacer ni más ni menos, si se cumple con la misa llegando después del evangelio, si hay que dar el uno % o el dos % de limosna, si bastan 50 minutos de ayuno antes de comulgar, señales ciertas que matan toda generosidad y toda la libertad de hijos de Dios.
Y en el camino de la Fe hay muchas sorpresas, el que se supone que no sabe, que es ignorante, como los pastores que no conocen la Escrituras, no los 650 cánones, son los primeros en saber, en ponerse en camino, en encontrar a Dios en los brazos de María.

3.- Y los que debían saber como los escribas de Herodes, que lo saben todo, que el Mesías va a nacer en Belén, saben el sitio, el camino todo resulta que no saben nada, repiten como papagayos la Palabra de Dios que para ellos es palabra impresa y muerta, porque no pasa por las venas de sus vidas y por eso se quedan parados como paralizados todos sus miembros, no se ponen en camino dicen a los Magos “Id por aquí por allí y encontraréis” pero ellos no se mueve cuando debían decir “Vamos con vosotros.
Cuántos de nosotros nos sabemos de memoria la Palabra de Dios impresa y muerta, porque estamos de vuelta de todo, porque hemos perdido el sentido de búsqueda, porque nos da pereza ponernos en camino. Y a cuantos Reyes Magos habremos producido la desilusión de ver que sabemos todo pero no nos ponemos en camino con ellos, y ellos encuentran a Jesús en brazos de María y nosotros nos quedamos en casa.

4.- El cristiano no es el que sabe el camino, el que tiene la verdad, sino el que anda el camino, el pueblo de Dios no puede ser un pueblo sedentario encerrado en sus casas y templos, tiene que ser un pueblo nómada que se dirige por la estrella.
Hoy día de carras de niños a los Reyes Magos no le enviemos nuestra carta al Niño Dios por manos de otros, quedándonos en casa como Herodes, pongámonos en camino como los pastores, como los Magos, y guiados por la tenue luz de la estrella de la Fe llegaremos a Belén a adorar a Jesús en los brazos de María.
No tendremos nada que ofrecer, como los pastores, tal vez sólo el cansancio del camino, que es lo que Jesús quiere.

De Betania.es

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