Sunday, January 06, 2008

NOSOTROS ¿QUÉ BUSCAMOS?

Por Gustavo Vélez, mxy

1.- “Entonces unos magos de Oriente se presentaron en Jerusalén preguntando: ¿Dónde está el rey de los judíos que ha nacido? Porque hemos visto su estrella”. San Mateo, Cáp. 2. Miqueas, un profeta del Antiguo Testamento, le debe a San Mateo el haberlo sacado del anonimato:

“Habiendo nacido Jesús en Belén - dice el evangelista - unos magos se presentaron en Jerusalén preguntado: ¿Dónde está el Rey de los judíos?”. Herodes pide ayuda a sus áulicos. La pregunta era extraña, y además despertaba la sospecha del temeroso rey: ¿Alguien conspiraría en su contra? ¿Serían estos viajeros colaboracionistas del líder rebelde?

Los letrados judíos responden a Herodes con un texto de Miqueas: “Y tú Belén, no eres ni mucho menos la última de las ciudades de Judá, pues de ti saldrá el pastor de mi pueblo”. Como si este vidente, contemporáneo de Isaías, hubiera compuesto el primer villancico de la historia.

2.- Que estos extranjeros, mercaderes talvez, supieran del Mesías, que lo imaginaran como rey, se explica por la comunicación entre Israel y los pueblos vecinos. Al ser personas de categoría, pudieron relacionarse con los funcionarios de la corte. De otro lado, su religión oriental, muy ligada con la observación de los astros, les hizo ver una especial estrella.

Entonces la imaginación de los primeros cristianos se desbordó, y aparecieron los escritos apócrifos. Estos nos presentan por las estrechas calles de Jerusalén, la vistosa caravana de poderosos caballeros (los artistas los pintaron como reyes), entre enjaezados camellos y una turba de pajes y curiosos.

Más tarde, algunos pretendieron identificar sobre el firmamento, aquel astro que guió a los magos. Santo Tomás de Aquino señala que quizás Dios creó una estrella peculiar, para aquel solemne momento. Pero Kepler, astrónomo del siglo XVII, afirma que entonces tuvo lugar la conjunción de Marte, Júpiter, y Saturno, fenómeno que ocurre cada 805 años.

Todo esto nos invita a distinguir, como en otros pasajes de la Biblia, el hecho histórico, la forma como el autor sagrado lo cuenta, y el mensaje que quiere transmitirnos.

3.- San Mateo escribe para los judíos, mostrando en repetidas ocasiones que ese Niño nacido en Belén era el Hijo de Dios. Una teología que se elaboró paso a paso, en los primeros años de la Iglesia. Pero a la vez, el primer evangelista resalta que la venida de Dios a la tierra no es privilegio exclusivo de Israel. Cristo es el Salvador de todos los hombres. En un primer momento aquellos pastores, aunque ignorantes, pero criados en el judaísmo, se acercan a Jesús. Ahora unos paganos extranjeros también lo descubren.

¿Serían reyes? ¿Serían sabios y ricos? No eran magos en el sentido actual de la palabra. Pero sí consta que fueron buscadores. ¿Buscadores de qué? De algo que luego se convirtió en Alguien. Detrás de la luz de una estrella, encontraron el rostro de un Niño.

4.- ¿Nosotros qué buscamos? Muchos se esfuerzan día y noche por la justicia social o el progreso de los pueblos. Otros ansiamos la paz del corazón, la salud, una estabilidad económica. Buscamos que alguien nos mire con ternura. Esperamos un abrazo, un lecho tibio, un poco de alimento para sobrevivir hasta mañana. Cosas todas que, miradas desde la fe, son guiños que Dios hace. Destellos. Apenas comparables con el tímido parpadear de una estrella.

De Betania.es

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