lunes, 15 diciembre 2008
"La población se pregunta asustada: ¿hambre una vez más?”, afirmó a la agencia FIDES el misionero monfortino Piergiorgio Gamba, que trabaja desde hace décadas en Malaui. “El Gobierno ha tratado de controlar el precio del saco de grano de 50 kg tratando de llevarlo a 2.600 kwacha (algo menos de 14 euros), pero no ha podido y ya ha superado los 3.500 (18 euros y medio)”. “El espectro del hambre aparece una vez más en el rostro de los niños que comen una sola vez al día. Las madres hacen cola para pedir ayuda, mientras los campesinos deben decidir si sembrar el grano o molerlo para poder obtener una comida más”, continuó el sacerdote.
El aumento del precio del grano afecta principalmente a las familias que dependen del salario de un solo trabajador, de quien dependen decenas de hijos y parientes que en épocas duras se extiende desproporcionadamente.
“Una realidad inaceptable a la vigilia de las elecciones políticas de mayo de 2009. El presidente Bingu wa Mutharika ha recibido títulos y méritos por el efímero progreso en la producción agrícola de Malaui. Frente a la dura realidad los premios no sirven de nada, porque el hambre se ve”, dijo Gamba. “En la cárcel de Ntcheu desde hace tres días no se distribuye ni siquiera una única comida diaria. El hambre se ha convertido en un factor vergonzoso para la política”.El religioso denunció que el Gobierno ha distribuido gratuitamente a los pastores de iglesias presbiterianas cupones para obtener fertilizantes por un precio equivalente a la décima parte del precio de mercado “creando así el riesgo de dividir a las iglesias y premiar, dentro de estas, sólo a los fieles del partido. De este modo se crean divisiones y polémicas para beneficiar solamente a quien está en el poder”.
El pasado domingo 7 de diciembre falleció el misionero comboniano Giuseppe Buffoni, tras una vida dedicada a la misión en Malaui. “Durante su servicio a la misión de Lirangwe, donde fue párroco, sufrió un ictus que le obligó a regresar a Italia en gravísimas condiciones”, relató Gamba.
“Una vez recuperado, en un 70 por ciento como decía él, quiso regresar a la misión. En los últimos cinco años de su vida hizo un ministerio precioso en Malaui. Escribió libros de oración y de catecismo y, de modo especial, apoyó el crecimiento del grupo espiritual ligado a Medjugorie”.
El domingo Buffoni murió después de celebrar misa. Un gran número de fieles participó en el funeral por el misionero. “Muchos le conocían por su carismática alegría y por haberse desgastado totalmente por la misión”, concluyó Gamba.
Mundo Negro
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