Thursday, February 12, 2009

Malas nuevas de la China. En Pekín se ha abierto una brecha

Entre la obediencia al Papa y la obediencia al partido comunista algunos obispos eligen la segunda. La volteada más clamorosa ha ocurrido en la capital. Una carta secreta del cardenal Bertone. La alarma del cardenal Zen

por Sandro Magister



ROMA, 11 de febrero de 2009 – También en el Vaticano se habían ilusionado con que las Olimpiadas de Pekín fueran el preludio de una mayor libertad para la Iglesia católica. Pero las noticias que llegan de China a Roma dicen lo contrario.


Mientras tanto, una vez más las autoridades chinas no han permitido dejar el país a los obispos que debían participar en el sínodo del pasado mes de octubre.


En segundo lugar, la sede episcopal de Pekín, ocupada en las décadas pasadas por obispos solamente nombrados por el gobierno y sin la autorización del Papa, pero "reconquistada" por Roma hace dos veranos con la toma de posición de un nuevo obispo aprobado por el gobierno y por la Santa Sede, corre seriamente el riesgo de ser perdida de nuevo.


En efecto, el nuevo obispo José Li Shan (en la foto), que el cardenal secretario de estado Tarcisio Bertone había saludado como "una persona muy buena e idónea", está concatenando actos cada vez más serviles en relación al régimen. Al punto que entre los fieles muchos lo consideran como un "traidor".


En tercer lugar, el partido comunista ha intensificado las presiones para someter a la Iglesia y separar de Roma una parte consistente. Estas presiones se ejercitan sobre todo sobre los obispos colocados por el gobierno. La mayor parte de estos, años tras año, habían regresado a la comunión con el Papa. Pero ahora algunos de ellos vacilan.


En julio del 2007 Benedicto XVI había suscrito una carta abierta a los católicos de la China, para ayudarlos a construir la unidad entre ellos y con Roma. Pero el proceso de reconciliación y de reconstrucción de la Iglesia china tímidamente iniciada después de aquella carta ahora parece interrumpido.


El pasado abril una segunda carta partió del Vaticano hacia China, esta vez secreta y dirigida solamente a los obispos. Pero la carta, firmada por el cardenal Tarcisio Bertone, les pareció a algunos obispos un paso hacia atrás respecto a la del Papa. Demasiado remisiva en relación a las autoridades chinas.


"Asia News", la agencia on line especializada en China, fundada y dirigida por el padre Bernardo Cervellera del Pontificio Instituto para las Misiones Extranjeras, ha hecho un sondeo entre los obispos chinos. Los resultados han sido "desalentadores".


Al punto tal que el cardenal Zen Zekiun, apoyado en su mayor libertad de palabra en cuanto ciudadano de Hong Kong, ha roto las dudas y ha lanzado la alarma. Ha exhortado a sus hermanos del continente a no ceder y a oponerse con más valor a las presiones del régimen.


De todos estos hechos, aquí a continuación, una reconstrucción y un análisis detallado escrito por "Asia News" por parte del padre Cervellera:

El obispo de Pekín, el Vaticano y las concesiones a la Asociación Patriótica

por Bernardo Cervellera

A poco más de un año de la ordenación de su actual obispo, los católicos de Pekín están divididos en la estima que le tienen, y cada vez aumentan los que lo acusan de ser un traidor de la Iglesia de Roma.


Monseñor José Li Shan, 44 años, fue ordenado el 21 de setiembre del 2007 con la aprobación del Papa. Pero, en el cargo desde hace poco más de un año, su actitud hacia el Vaticano parece haber cambiado. Los católicos dicen que el que llegó para sustituir al obispo patriótico Michele Fu Tieshan, que murió un año antes, camina a pasos agigantados a retomar el patriotismo y la autonomía respecto a la Santa Sede.


Los fieles están atónitos por su modo de obrar y por sus discursos que cada vez más parecen deslizarse en un servilismo total hacia la Asociación Patriótica, cuyo objetivo es edificar y controlar una Iglesia católica china independiente de Roma.

OBISPO Y SIERVO DEL PODER

Algunos discursos suyos, en particular, son muy reveladores. El primero lo tuvo el 25 de noviembre pasado durante un curso de formación para sacerdotes y fieles. El obispo comenzó alabando los progresos alcanzados por la Iglesia gracias a treinta años de reformas de Deng Xiaoping. Ya utilizar un curso de formación en la fe para dar rendir un homenaje a la modernización de Deng le pareció a los fieles una "cuota pagada al poder político". Pero lo que siguió fue todavía más desconcertante. En ello monseñor Li Shan defendió lo trabajado por su antecesor, monseñor Fu, por haber "iniciado la gloriosa tradición de amar la patria y amar la Iglesia" y por haberla difundido en la diócesis de Pekín. El slogan "amar la patria, amar la Iglesia" es precisamente el slogan de la Asociación Patriótica, que quiere someter la vida de la Iglesia a la obediencia al partido comunista.


Más adelante Li Shan dijo que "la obra de amar la patria y amar la Iglesia ha sufrido graves interferencias por parte del poder político extranjero y de la Iglesia clandestina en China". Aquí la acusación al Vaticano era evidente: en los discursos del partido comunista es precisamente la Santa Sede la que es considerada "un estado extranjero que quiere interferir en los asuntos internos de China, bajo el manto de la religión".


Monseñor Li prosiguió: "Algunas personas han dirigido los ojos a nuestra diócesis, a monseñor Fu, restando valor al fruto que hemos tenido en estos años, que es mucho más de cuanto se tuvo en los 700 años anteriores, creando dificultad y buscando convencernos a abandonar el principio de autogestión de la Iglesia [o sea la autonomía de Roma], haciéndonos retornar al pasado".


Para el futuro, monseñor Li ha afirmado que es necesario "mantener la idea de amar la patria y amar la Iglesia, y continuar caminando por la vía de la autogestión de la Iglesia", porque estas dos directivas son "la garantía fundamental para un desarrollo sano de la obra de la Iglesia en la capital".


"Estos dos principios - dijo finalmente - son el fruto que hemos aprendido de la historia semi-colonial [o sea como siervo del Vaticano] de la Iglesia china del pasado. Y son también la experiencia preciosa de la nueva vida y del desarrollo de la Iglesia china en la sociedad socialista de la nueva China".


Naturalmente, por todo esto Li Shan reivindicó la necesidad de la AP y de la "democracia" en la Iglesia, según la cual la elección de obispos, la pastoral, la teología, las decisiones, son confiados a la votación de una asamblea de obispos, sacerdotes y laicos estrechamente dominada por el AP, envileciendo el carácter sacramental de la Iglesia misma.


El discurso completo del 25 de noviembre, en lengua china, hasta hace poco tiempo estaba disponible en el sitio web de la diócesis de Pekín. En el sitio también se podía leer el discurso dado por monseñor Li Shan el 19 de diciembre, en la celebración de los 50 años de la primera ordenación episcopal hecha en China en autonomía de la Santa Sede. También eso ha desaparecido en los días pasados.

ESA TRISTE VIGILIA DE NAVIDAD

Otro discurso similar al anterior fue dado por monseñor Li Shan en la vigilia de Navidad del 2008. A las 7 de la noche recibió la visita de Ye Xiaowen, director de la administración estatal para los asuntos religiosos, de Zhou Ning, director de la segunda sección del Frente Unido, de Tong Genzhu, viceministro del departamento central del Frente Unido, y de tantos otros, entre los cuales está el vice alcalde de Pekín, Niu Youcheng.


También en esta ocasión los fieles se estremecieron. Monseñor Li Shan - que parecía querer finalmente concluir la época de Fu Tieshan que, sometido al partido, siempre rechazó la reconciliación con la Santa Sede - agradeció al gobierno de Pekín por la ayuda y el apoyo a cada aspecto de la vida de la Iglesia, asegurando que ella continúa tener alta la bandera de "amar la patria y amar la iglesia", y a seguir el camino de "independencia y de autogestión de la Iglesia" [de Roma], buscando hacer de la Iglesia Católica un modelo en la construcción de una sociedad armoniosa.


En todos estos discursos y pronunciamientos, el tono y los slogans usados son característicos del lenguaje del partido y del periodo más radical del comunismo en China, el de la Revolución Cultural. Los fieles se sorprenden y se preguntan como así, en poco tiempo, su pastor se ha transformado en un Guardia Roja, mostrando un servilismo hacia el poder todavía más audaz que el de su predecesor.


Monseñor Li Shan era conocido como un valiente sacerdote, simple, de visión no amplia, pero fiel al Papa, capaz de entusiasmar a los jóvenes y sobre todo abierto a la Iglesia subterránea, la que no es reconocida por el gobierno. Sus discursos contra "los estados extranjeros" y la Iglesia subterránea representan un vuelco de 180 grados en su modo de pensar.


Según informaciones recibidas de "Asia News", el autor del discurso de la vigilia de Navidad no habría sido monseñor Li Shan, sino el secretario general de la Asociación Patriótica de Pekín, Shi Hongxi, conocido por sus visiones extremistas. Otras informaciones agregan que el texto fue puesto en manos del obispo a último momento, sin que él pudiese darse cuenta de lo que estaba escrito. Pero la repetición de los mismos slogans en tres situaciones diferentes hace temer que el obispo, si no está de acuerdo con lo que leyó, está por lo menos sometido a la voluntad de la Asociación Patriótica.

EL PAPA: LA AP ES "INCONCILIABLE CON LA DOCTRINA CATÓLICA"

La AP, fundada en el 1958, desde hace medio siglo trata por todas las formas de dividir la Iglesia, ordenando obispos sin la autorización del Papa. En los años pasados muchos obispos de la Iglesia patriótica luego pidieron perdón por su situación de separación, y gracias a la magnanimidad de Juan Pablo II y luego de Benedicto XVI, se reconciliaron con la Santa Sede. En enero del 2007, el mismo Vaticano anunció que "la casi totalidad" de los obispos oficiales reconocidos por el gobierno estaban también en comunión plena con la Santa Sede.


La carta pública de Benedicto XVI a los católicos chinos del 30 de junio del 2007 reafirmaba esta fuerte comunión. Pero ponía también en evidencia que la AP es una estructura contraria a la fe católica, advirtiendo que "actuar los principios de independencia, autonomía, autogestión y administración democrática de la Iglesia es inconciliable con la doctrina católica".


Que el obispo de Pekín, ordenado con la aprobación del Papa, se haya puesto a defender lo que es "inconciliable" con la Iglesia católica es por tanto una gran derrota para el Vaticano. En un blog mantenido por algunos fieles se habla de monseñor Li Shan como una "bomba de tiempo" que va a golpear a la Iglesia de Roma.


Según informaciones recibidas por "Asia News", monseñor Li Shan estaría arrepentido de cuanto ha hecho y justifica su comportamiento con las presiones que está obligado a soportar. En efecto, precisamente a causa de la carta del Papa y de la unidad lograda entre casi todos los obispos chinos, el Frente Unido y la Asociación Patriótica han lanzado desde hace más de un año una serie de iniciativas para reconducir a la obediencia - a ellos - a los obispos oficiales chinos. Frente Unido y AP los convocan continuamente, los obligan a participar en congresos, encuentros, estudios, sesiones políticas, tanto que hacen que su labor pastoral sea muy precaria. Los obispos no tienen la posibilidad ni siquiera de poderse encontrar entre ellos a solas, y pasan de una vida en soledad - a la merced de los secretarios de la AP - a encuentros colectivos bajo el control y el adoctrinamiento del Frente Unido y de la administración estatal de los asuntos religiosos.

LA TÍMIDA CARTA DEL CARDENAL BERTONE

Para tener unidos a los obispos y frenar la influencia de la AP, el 22 de abril del 2008 el Vaticano envió una carta a todos los obispos chinos en comunión con Roma. La carta, con la firma del secretario de estado, el cardenal Tarcisio Bertone, ha tomado meses para ser entregada personalmente a todos los cerca de 90 obispos de la Iglesia oficial y subterránea. Algunos de ellos la han recibido recién en diciembre del 2008.


En ella el cardenal Bertone cita "los principios fundamentales de la fe católica" y recuerda el valor de la comunión de los obispos con el Papa y entre ellos. Para esto, él, en nombre del pontífice, pide a todos los prelados "expresar con valor el propio oficio de pastores", promoviendo la naturaleza católica de la Iglesia y buscando obtener mayor libertad de actividad de las otras autoridades civiles a través de un diálogo directo y respetuoso. El cardenal empuja a los obispos a "actuar juntos", solicitando el derecho de reunirse como grupo y de poder discutir en libertad de los problemas, sin intervenciones externas. Y finalmente sugiere a los pastores encontrar "una posición que sea correcto adoptar respecto a aquellos cuerpos a los que se refiere la sección n.7 del documento papal". La referencia es precisamente a la AP y a su concepto de Iglesia independiente y autogestionaria.


La importancia de la carta del cardenal Bertone está en el hecho de que pide por primera vez a los obispos oficiales y subterráneos de reunirse. Pero evita indicarles una actitud común a tener hacia la AP. La anterior carta del Papa afirma que esa institución es contraria a la doctrina católica, pero no pide a los obispos oficiales que se retiren de ella.


Según algunos obispos subterráneos una actitud más decidida por parte de la Santa Sede sería más eficaz.


Hasta ahora los obispos oficiales han buscado ignorar las presiones de la AP, pero con poco fruto. Al mismo tiempo algunos obispos subterráneos han tratado de hacerse reconocer por el gobierno sin inscribirse a la AP, pero ningún gobierno local ha aceptado esta solución, reafirmando en cambio la centralidad de la AP en la política de gobierno respecto a la religión.


El problema se hace más urgente porque están preparándose las reuniones a nivel nacional para votar al nuevo presidente de la Asociación Patriótica y el presidente del Consejo de los obispos chinos, una especie de conferencia episcopal no reconocida por la Santa Sede, que reúne sólo a los obispos oficiales. La elección de los dos cargos debería tenerse en un congreso nacional de representantes católicos. Esta debería realizarse pronto, dado que los dos cargos están vacantes desde hace tiempo: el obispo patriótico Michele Fu Tieshan, electo presidente de la AP en el 1998, murió en el 2007; monseñor José Liu Yuanren, obispo patriótico de Nanchín, elegido presidente del Consejo de obispos en el 2004, murió en el 2005.


La campaña de control sobre los obispos, el obligarlos a toda una serie de sesiones políticas, las celebraciones por los 50 años de las primeras ordenaciones de obispos chinos separados de Roma promovidas por el Frente Único y por la AP apuntan a doblegar cualquier resistencia de parte de los obispos oficiales, para someterlos a las tradicionales estructuras de control.


El temor de muchos católicos, oficiales y subterráneos, es que faltando indicaciones más precisas e incisivas por parte de la Santa Sede, los obispos oficiales se dejen transportar por los eventos y por interpretaciones personales de la carta del Papa, doblegándose a concesiones.

UN SONDEO ENTRE LOS OBISPOS CHINOS

En los meses pasados, a más de un año de la carta del Papa a los católicos chinos, "Asia News" ha llevado a cabo una encuesta entre los obispos china para saber cómo acogen y aplican las indicaciones de Benedicto XVI. Algunas respuestas son sorprendentes. Por un lado diferentes obispos elogian el valor de la carta y de la enseñanza del pontífice, que alienta a la unidad con él y entre ellos. Por el otro, parecen no estar sacudidos para nada por el hecho de que el documento defina los programas y la política de la AP como inconciliables con la doctrina católica.


Así, en las respuestas, diferentes obispos oficiales se deshicieron en elogios excesivos a la Asociación de su "ayuda a la Iglesia" y "a los necesitados", de su "cuidar la religión". Algunos obispos de la China central llegan incluso a afirmar que la AP "es una unidad con la Iglesia".


Un católico de la China en el norte ha declarado a "Asia News": "A los obispos oficiales les falta valor. Si Pekín les pide reunirse, inmediatamente se mueven y se reúnen. Pero de ese modo no siguen las indicaciones contenidas en la Carta del Papa y corren el riesgo de volver atrás, a un pasado de esclavitud. Lamentablemente, los obispos subterráneos, que siempre han tenido un alto aprecio por la unidad con el Papa también a costo de la vida y de la libertad, están casi todos en arresto domiciliario; algunos han desaparecido y otros están en prisión".


Otros fieles, sobre todo en Pekín, acusan a los obispos de estar ávidos de poder y de dinero: y esto sería el motivo de sus concesiones. Dice un fiel de la Nantang, la catedral de la Inmaculada, en la capital: "Quizá monseñor Li Shan no será personalmente ambicioso, pero está rodeado de colaboradores cuya ansia es desmedida y con tal de lograr complacer al gobierno y ganar con eso están dispuestos a cualquier pacto, también a vender el mínimo de liberta que le queda a la Iglesia.


Un sacerdote de la Iglesia subterránea es más clemente. "Estos nuevos obispos de la Iglesia oficial - dice - son personas jóvenes, en torno a los 40 años. No han visto nunca un régimen de plena libertad y para ellos es desde siempre obvio que los cristianos deban permanecer en control del estado también en asuntos estrictamente religiosos. Por otra parte, las grandes personalidades de la Iglesia china ya desaparecieron y ellos se encuentran sin modelos".


El temor de muchos obispos y fieles es que, en esta situación de debilidad, el 2009 se tenga una nueva hornada de ordenaciones ilícitas sin permiso de la Santa Sede, reconstituyendo un núcleo patriótico de prelados perfectamente obedientes al Partido. Ello podría llevar a un bloqueo de las tantas conversiones al cristianismo que ocurren en la sociedad civil y entre los intelectuales, los cuales están redescubriendo la enseñanza de la Iglesia como fundamento a su solicitud de liberta y de respeto del individuo.

EL CARDENAL ZEN: NO MÁS CONCESIONES

En esta situación ambigua e intrincada, se ha alzado la voz esclarecedora y neta del cardenal Joseph Zen Zekiun, de Hong Kong, que ha pedido a los obispos y sacerdotes de la Iglesia oficial ser más valientes y no ceder a pactos con el régimen.


En un artículo en la edición del 4 de enero del 2009 del semanario diocesano "Gong Jiaobao" (traducido después en el semanario en inglés "Sunday Examiner") exhorta a obispos y sacerdotes chinos a imitar las virtudes de san Esteban, el primer mártir cristiano, y a no someterse más a los mandatos del estado contrarios a la fe. El artículo lleva por título: "Inspiración del martirio de san Esteban" y en él el cardenal Zen hace un análisis de la situación de la Iglesia católica en China en los últimos dos años, a partir de las ordenaciones episcopales ilícitas del 2006, en las cuales tomó parte una decena de obispos reconocidos por el Vaticano, por temor o porque los engañaron.


Zen recuerda además el "rayo de esperanza" que brilló en el 2007 con un encuentro en el Vaticano sobre la Iglesia en China y sobre todo con la difusión de la carta de Benedicto XVI a los católicos chinos. El obispo de Hong Kong subraya que, en la carta, el Papa afirma que la Asociación Patriótica china tiene unos fines contrarios a la fe católica y agrega que es precisamente la AP la "causa principal de todos los problemas de la Iglesia en China".


A propósito de esto, el cardenal se bate contra algunas interpretaciones de la carta hechas en particular por el misionero Jerome Heyndrickx, según el cual la era de la Iglesia subterránea habría terminado y todos sus obispos deberían entrar en la Iglesia oficial. En realidad, afirma el cardenal, el Papa "admira la fidelidad sin ceder y los alienta a perseverar", como está testimoniado por un discurso de Benedicto XVI en el Angelus de la fiesta de san Esteban del 2006.


Frente al peligro grave de pactos, la experiencia de la Iglesia subterránea viene a tener más valor, dice Zen. Precisamente por esto, el cardenal se lanza contra las celebraciones acontecidas en Pekín el pasado 19 de diciembre, en las que se festejaban los 50 años de las ordenaciones episcopales ilícitas en China.


Para el obispo de Hong Kong no hay nada que celebrar porque el método de las "auto-ordenaciones" fue querido por las fuerzas radicales de la extrema izquierda en los años cincuenta, que miraban al Papa como un representante del imperialismo. Pero esta visión ya ha sido sobrepasada, en un periodo como este, en el cual la China celebra sus 30 años de reformas económicas actuales en oposición a aquella mentalidad radical.


"Forzar a los católicos a hacer algo contra la propia conciencia - escribe el cardenal - es un grave insulto a la dignidad de cada ciudadano chino y por ello no hay nada de qué enorgullecerse, nada que celebrar. Celebrar un aniversario así muestra que los que están en los altos niveles no quieren abandonar la toma del poder y obligan a nuestra gran nación a llevar la vergüenza del retraso en este aspecto".


Para el purpurado es claro que todo el énfasis de las celebraciones de los 50 años de la AP y de las "auto-ordenaciones" es una preparación para los encuentros para votar los nuevos presidentes de la Asociación Patriótica y del Consejo de obispos chinos. Y sugiere a los obispos boicotear la próxima reunión a la que serán convocados. Él se pregunta: "¿Tomar parte en una asamblea así no es un acto de total desprecio a la carta del Papa? ¿No es como darle una bofetada en la cara? ¿Vuestra conciencia os permite eso? ¿Podrá haber esperanza de poder regresar pronto a una situación de normalidad y gozar de libertad de fe y de religión?".


En el artículo, el cardenal Zen cuenta que en la Iglesia china algunos van haciendo elogio de la concesión y de la ambigüedad: "Alguno, hablando a los hermanos de la comunidad subterránea parece haber dicho: ¡Somos muy inteligentes en aceptar el pacto! Estamos en comunión con el Santo Padre y al mismo tiempo somos reconocidos por el gobierno. Esto nos da el dinero y podemos hacernos cargo de los fieles, mientras ustedes prefieren ir a prisión, prefieren morir. Y así sus fieles se quedan abandonados, sin ninguno que se haga cargo de ellos".


El purpurado agrega: "¿Pues el martirio se ha convertido en una tontería?" ¡Es absurdo! ¡Esta es una visión miope! La concesión puede ser una estrategia provisoria, pero no puede durar por siempre. Estar unidos al Santo Padre en secreto y al mismo tiempo ser parte de una Iglesia que se declara autónoma de Roma es contradictorio".


El cardenal Zen concluye con una invitación fraterna: "Queridos hermanos obispos y sacerdotes, ¡mirad el ejemplo de san Esteban, de todos los mártires de nuestra historia! Recordad: nuestros sufrimientos por la fe son la fuente de la victoria, también si al momento pueden parecer una derrota".


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La agencia del Pontificio Instituto para las Misiones Exteriores que el 3 de febrero del 2009 publicó el análisis del padre Cervellera:

> Asia News

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Otra agencia on line muy informada sobre China:

> UCA News

Esta agencia fue la primera en dar noticia y en proporcionar un extracto de la carta secreta enviada en el 2008 por el cardenal secretario de estado Tarcisio Bertone a los obispos de China.


De esta carta le vaticanista Gianni Cardinale ha publicado un amplio y preciso reportaje en el diario de la conferencia episcopal italiana "Avvenire", del 24 de diciembre.


La carta del Papa a los católicos de China:

> Carta del Santo Padre Benedicto XVI...

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En www.chiesa, todos los artículos sobre el tema:

> Focus a CHINA

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Traducción en español de Juan Diego Muro, Lima, Perú.

CHIESA
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11.2.2009

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