Comienzo aquí una pequeña guia, fruto de mis meditaciones y lecuturas, para despertar. Entiendo como “despertar” ese proceso en que el ego comienza a liberarse del personaje que representa y conecta con su verdad profunda liberadora. Serán diez pequeños capítulos. Aquí va la introducción o prólogo que comienza con la experiencia, ya referida en otro post, que tuve con Juan Masiá en un templo de Nara. Ojalá os sirva este sencillo decálogo de solaz y reflexión en estas vacaciones.
Hace algunos años visitaba en compañía de un amigo un templo budista-zen en la sagrada ciudad de Nara (Japón). El pequeño jardín japonés, perfecto y recortado, brillaba desde la ventana a la altura de nuestros ojos mientras tomábamos una taza de té. Parecía un cuadro recién colgado ante nuestra mirada sorprendida.
El monje de cráneo pelado y mirada penetrante, que se llamaba Nishizawa, se dirigió de pronto a mí en japonés. Mi acompañante, el profesor de la Universidad Sophia, Juan Masiá, me tradujo sus palabras, que nunca olvidaré: «Hazte plenamente el que ya eres».
Aquella frase se ha convertido para mí en todo un proyecto de vida. En realidad detrás de este pensamiento se oculta el camino para cualquier hombre que quiera realizarse en esta vida como persona y vivir con autenticidad.
Hoy cada uno de nosotros hablamos como los personajes de las series televisivas, vestimos lo que nos dicta la publicidad y hemos cambiado nuestro «ser» por un ansia de«poseer», que acaba por trasformarnos en vulgares polichinelas de la sociedad de consumo. Estamos dormidos.
Sólo unos pocos se libran de esta vorágine y se asoman al balcón de la vida con el suficiente distanciamiento para volver a ser ellos mismos. Entre estos, siempre estuvo el poeta, que es capaz de escuchar el latido secreto de la vida. ¿Pero qué ha sido hoy de los poetas? ¿Qué editoriales los publican? ¿Quienes los lee? La verdad que resplandece en el arte es considerada inútil por el hombre pragmático actual.
También el monje o el creyente auténtico supo a veces despertar y mirar de otra manera el misterio del tiempo. Pero ¿la religión no nos ha introducido con frecuencia también en una máquina de dogmas y normas morales que nos impiden ser nosotros mismos?
Resulta ingenuo pretender mostrar un camino para despertar en diez consejos «prêt a porter». Pero, con la esperanza de que puedan ser pistas, para iniciar un viaje de mayor profundización sea con la ayuda de otros libros, de maestros expertos o simplemente con la propia búsqueda personal, he aquí una elemental guía de caminantes para la propia realización personal profunda, que es una forma concreta de contribuir al esplendor de todo el universo.
(Continuará)
Pedro Miguel Lamet sj
El alegre cansancio
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