Saturday, August 15, 2009

Lugo cumple un año en el poder, entre escándalos y críticas


Duras críticas de la oposición y hasta de la dirigencia del partido Liberal, buque insignia de la alianza que lo llevó al poder, escándalos de paternidad y una popularidad que se redujo drásticamente de 93% al 40%, es el balance del primer año de gestión del presidente Fernando Lugo en Paraguay. Lo cuenta Hugo Ruiz en Clarín.

El ex obispo asumió el 15 de agosto de 2008, protegido por el aura de la Iglesia Católica y terminó con 61 años de gobiernos corruptos del partido Colorado. Durante su primer año de gobierno -son 5-, el inexperimentado outsider de la política se refugió en un incipiente y aún débil movimiento de izquierda, al que ayudó a dar sus primeros pasos dentro de la conservadora sociedad paraguaya.

Lugo buscó anular de entrada a sus principales enemigos políticos, su antecesor en el poder Nicanor Duarte del partido Colorado y el influyente general Lino Oviedo del partido Unace, a quienes acusó de "golpistas", a menos de un mes de asumir al frente del palacio de López.
Poco después se alejó de su vicepresidente, Federico Franco, líder del partido Liberal que lo ayudó con el 82% de sus electores para derrotar a los colorados en las elecciones del 20 de abril de 2008. Sus viajes y encuentros periódicos con los líderes de la región "bolivariana" de Sudamérica, Hugo Chávez, Rafael Correa, Evo Morales, hasta Daniel Ortega de Nicaragua, y aún con los hermanos Castro, generaron la desconfianza de los sectores que lo catapultaron, al tiempo que multiplicaron las críticas opositoras y de la prensa.

El presidente respondió ayer a sus críticos con firmeza al señalar que no teme un juicio político. "Pueden hacer el juicio politico...el pueblo me ha elegido de forma soberana y estamos convencidos de que no habrá interrupción del proceso democratico", precisó en su mensaje. Aseguró que su gobierno no será desplazado "como el de Honduras".

"Creemos que hubo logros importantes, pero también quedamos insatisfechos de acuerdo a los objetivos que nos trazamos", expresó por otro lado al diario ABC.

Adjudicó su déficit, entre otros, a "la crisis financiera económica mundial y la gran sequía que golpeó a la agricultura". "Por sus promesas incumplidas, su imagen está en franco declive", señaló en cambio el encuestador Enrique Chase, autor de un último sondeo que le atribuyó al mandatario una popularidad del 40%. "La percepción de la gente es que no terminará su mandato", remarcó.

Los sondeos de opinión lo ubicaron el 15 de agosto de 2008 con 93% de aceptación. El momento de quiebre en la percepción del público se registró entre abril y mayo, cuando se vio obligado a admitir que concibió un hijo (hoy de 2 años) con Viviana Carrillo (24), cuando se desempeñaba todavía como obispo católico del humilde departamento de San Pedro, distante a 400 km al norte de la capital paraguaya.

El escándalo dio lugar a otras dos mujeres a revelar que también concibieron hijos con el presidente. Una de ellas, Benigna Leguizamón, de 27 años, le entabló una demanda por paternidad de su hijo de 6 años y exigió la prueba de ADN. Ella era empleada doméstica del obispado de San Pedro. La querella fue enviada al freezer por abogados del presidente. El reciente acuerdo firmado el 25 de julio con el presidente Luiz Inácio Lula da Silva, por el cual Brasil se compromete a triplicar los beneficios que Paraguay recibe en la hidroeléctrica binacional Itaipú, amortiguaron la percepción negativa hacia su gobierno según el analista Chase. Sin embargo, en coincidencia con el aniversario, los liberales conducidos por el propio vicepresidente Franco y todo el espectro opositor en el Congreso suscribieron ayer un "compromiso democrático", cuya firma fue rechazada por Lugo.

"Por supuesto que no voy a firmar ningún acuerdo, para una democracia de maquillaje, para unos pocos", enfatizó el ex obispo en un mitin en Coronel Oviedo, a 130 km al este de Asunción. Sus partidarios coreaban entretanto: "¡Fuera el Congreso!" y "¡Fuera golpistas"!, al tiempo que prometieron mantenerse "alerta y movilizados" para evitar que el gobernante sea defenestrado. Su vicepresidente, Franco, dijo en varias oportunidades, especialmente después de los últimos escándalos: "Estoy preparado para gobernar".
RD

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