Thursday, August 13, 2009

Taltavull: «La Iglesia debe estar en el mundo; y los cristianos han de ser luz, sal y levadura»


Cuenta Última Hora que Monseñor Sebastià Taltavull, obispo auxiliar de Barcelona, se rebeló ayer noche contra quienes pretenden arrinconar los sacerdotes a las sacristías y reducen lo religioso a una cuestión privada. Quien fue vicario general de la diócesis de Menorca con los obispos Deig, Ciuraneta y Piris, y en marzo pasado fue ordenado obispo, denunció en las 'tertúlies a la fresca' de Es Mercadal que «hoy se están coartando libertades y derechos religiosos», con una firme defensa del derecho de los padres a la libertad de educación.

Taltavull instó a asumir las responsabilidades que corresponden «a cada uno» y aseveró que «el ateísmo y la indiferencia religiosas no sólo surgen por los ataques exteriores, sino por la debilidad y la falta de compromiso de los cristianos». El presbítero menorquín que ahora desempeña su actividad pastoral en Barcelona elogió los contenidos y acuerdos del Concilio Vaticano II: «Dejó claro que la Iglesia ha de estar en el mundo, y que los cristianos debemos ser sal, luz y levadura».

Citó a Pablo VI («la Iglesia debe ser experta en humanidad») y se mostró contundente al afirmar que «creer en Jesús no admite rebajas, o eres seguidor o no existe el compromiso» pero también admitió la «humana fragilidad» al señalar que «la Iglesia al mismo tiempo es pecadora y santa».
Hace 44 años que el Concilio Vaticano II se pronunció a favor de una Iglesia más abierta, más dialogante y propositiva; también más viva y misionera. «Aquellos 4.000 obispos reunidos el 1965 comprendieron los grandes cambios y transformaciones de la sociedad; la Iglesia también se avanzó a la transición democrática, durante la que desempeñó un papel decisivo», declaró.
Explicó el gran papel de cohesión e integración social que desempeña la Iglesia en estos momentos de crisis económica a través de Cáritas. Un Sebastià Taltavull luminoso y didáctico recordó la vigencia de las tres cartas pastorales que entre 1991 y 2000 redactaron los obispos de las tres diócesis de Balears.

El obispo auxiliar de Barcelona fue presentado por el obispo de Menorca, Mons. Salvador Giménez, quien agradeció «las funciones desempeñadas primero en esta diócesis y después en la Conferencia Episcopal Española para coordinar la pastoral de todas las diócesis».

Mons. Giménez Valls dijo que «hace un año no podía pensar ni imaginar que, doce meses después, tendría una vinculación tan intensa con los menorquines y con Menorca, de la que hoy soy su obispo».
RD

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