A un día de que la Iglesia reconociera la investigación sobre el ex párroco de El Bosque
En un artículo publicado este viernes por el diario estadounidense The New York Times, James Hamilton y Juan Carlos Cruz, entregaron públicamente su testimonio. Ambos dicen haber sido violentados sexualmente por primera vez a los 17 años y coinciden en que veían en el sacerdote una autoridad.
En medio del revuelo causado por las denuncias en contra del ex párroco de El Bosque, Fernando Karadima por abuso sexual, dos de las supuestas víctimas se refirieron por primera vez al tema en forma pública. Sus declaraciones las emitieron al diario “The New York Times” este viernes.
James Hamilton, quien encabezó la denuncia, aseguró en su testimonio que Karadima “fue el representante de Dios sobre mí”. En la entrevista el gastroenterólogo narró que conoció al sacerdote cuando tenía 17 años y gracias a que fue elegido para participar del movimiento juvenil Acción Católica.
Fue allí donde el ex párroco se transformó en su confesor y guía espiritual. Hamilton asegura que en Karadima veía una “figura paternal” y le despertaba “idolatría”. Según su versión, el sacerdote habría usado este pretexto para iniciar con los abusos. Primero fueron besos en la boca y caricias en los genitales. El padre habría justificado estas conductas diciéndole que era esencial conocer íntegramente a alguien para poder guiarlo.
El testimonio entregado al medio estadounidense señala que fue en un retiro fuera de Santiago donde los abusos se concretaron. Tras ellos, Hamilton dice haber quedado “paralizado, congelado” y “destrozado”.
Tal como ha trascendido en la prensa chilena en los últimos días, Hamilton asegura que los abusos perduraron por 20 años, y que el distanciamiento sólo se produjo a principio de esta década. Karadima celebró el matrimonio del gastroenterólogo, el bautizo de sus tres hijos y la primera comunión de uno de ellos.
Añade la nota del diario norteamericano, que Karadima en varias oportunidades fue a cenar a la casa de Hamilton y, con la excusa de que lo examinara, el sacerdote llevaba al médico a su pieza para concretar encuentros sexuales. Eso, mientras su esposa e hijos los esperaban.
Juan Carlos Cruz es el nombre de otro de los denunciantes. Al igual que Hamilton, dice que los abusos comenzaron cuando él tenía 17 años. En esos entonces era seminarista y recién había fallecido su padre. Karadima habría repetido el procedimiento y, en instancias de confesión, lo habría besado y acariciado los genitales.
Cruz reconoce haberle confidenciado al sacerdote sobre las dudas que tenía en relación a su sexualidad. Esto habría sido utilizado por el confesor para pedirle que guardara silencio.
“Este hombre tenía poder total sobre mí”, dijo Cruz, quien contó que tras estos hechos pensó quitarse la vida. “Yo sólo quería suicidarme, pero no era lo suficientemente valiente para hacerlo y no quería hacerle eso a mi madre”, dijo.
“Este hombre tenía poder total sobre mí”, dijo Cruz, quien contó que tras estos hechos pensó quitarse la vida. “Yo sólo quería suicidarme, pero no era lo suficientemente valiente para hacerlo y no quería hacerle eso a mi madre”, dijo.
Tanto Cruz como Hamilton dicen que tras su denuncia no hay una intención de obtener indemnizaciones económicas, que sólo buscan establecer la verdad y que el sacerdote sea removido.
El Mostrador
1 comment:
No sé quien es peor, de ser verdad esto, si la víctima, en este caso Hamilton o el sacerdote.
La supuesta víctima invitaba a cenar a su casa al sacerdote y en la habitación matrimonial, en el mismo lecho donde Hamilton y su esposa concebieron a sus hijos y en donde en el piso bajo esperaban su esposa y sus hijos al " invitado" y al dueño de casa, estos dos últimos cometían actos aberrantes. Uno faltaba a su promesa de pureza y el otro, cometía adulterio en su propio hogar y de qué manera!!!!!
Post a Comment