ETTORE GOTTI TEDESCHI
Ratificada la destitución de Gotti Tedeschi, la tensión permanece
GIACOMO GALEAZZIMILÁN
Bertone gana (por ahora) la guerra en el banco papal. El cardenal piamontés obtiene la ratificación de la destitución de Ettore Gotti Tedeschi, el expresidente del Ior con el cual había entrado en ruta de colisión a causa de la salvación del hospital San Raffaele. La comisión cardenalicia de vigilancia se ha reunido dos veces en una semana para hacer oficial la salida del escenario de Gotti, pero no ha sido suficiente para pacificar la «caja fuerte de Dios».
Los purpurados de la Curia Attilio Nicora y Jean Louis Tauran no están de acuerdo con la gestión de las «finanzas sacras» llevada a cabo por el Secretario de Estado Tarcisio Bertone que en el 2009 llamó a Gotti, la misma persona que ahora ha defenestrado, además de haber colocado a la cabeza de los dicasterios económicos de la Santa Sede cardenales de su mismo bando (Calcagno en el APSA, Versaldi en la Prefectura de Asuntos Económicos, Bertello en el Gobernatorado). La victoria de Bertone sobre los disidentes en la comisión podría ser temporal si Nicora y Tauran consiguieran determinar la elección del nuevo presidente.
El nombramiento del alemán Schmitz es una etapa intermedia mientras se realiza la elección de «un nuevo y excelente presidente que ayude a instaurar nuevamente eficaces y amplias relaciones entre el Instituto y la comunidad financiera, basadas en el mutuo respeto de estándares bancarios internacionalmente aceptados», es la versión oficial en los Palacios Sacros. «La adaptación a la transparencia prosigue sin obstáculos», asegura a La Stampa un banquero cercano a Bertone. Mientras tanto, sin embargo en Vaticano surgen dudas sobre las efectivas posibilidades y la oportunidad de entrar en la «white list» de los países virtuosos. Un prelado experto de finanzas ha hecho presente en la Curia que la adaptación a las normas internacionales antiblanqueo impediría a la «caja fuerte del Papa» mover con la tradicional reserva los recursos de los obispados perseguidos por los regímenes totalitarios e incautarse de los fondos que desde siempre afluyen por parte de aquellos que quieren o deben conservar el anonimato.
A la entrada en la «white list», aconsejada sobre todo por el entonces ministro Tremonti y por su consejero Gotti Tedeschi, se oponen las razones de aquellos que temen ver limitada la capacidad operativa del IOR. Por lo tanto ,por una parte Bertone (con su control de la troika económica del Vaticano), y por otra el presidente del IOR Ettore Gotti Tedeschi que ha sido destituido por el board del instituto vaticano. La censura ha sido causada por diversos incumplimientos achacados a Gotti, además de la acusación de no haber guiado el instituto hacia una mayor transparencia. Las dos facciones se enfrentan en la gestión de las finanzas vaticanas: un enfrentamiento del cual Gotti Tedeschi ha sido la víctima ilustre. Por una parte, los que consideran que la transparencia, la necesidad de adaptarse a los estándares internacionales para entrar en el club de los más virtuosos, es para el Vaticano una obligación que de ninguna manera tiene que ser desatendida; por otra parte están aquellos (Bertone, Toppo e Scherer entre ellos ) que consideran que esta línea tiene que ser perseguida con moderación, teniendo bien presente que el Vaticano tiene su especificidad que hace que no sea asimilable a los otros estados soberanos.
«No hay ninguna división en la Comisión cardenalicia», echa agua al fuego de la polémica el portavoz vaticano, el padre Federico Lombardi. La comunicación por escrito a Gotti Tedeschi equivale a la ratificación del voto de censura por parte del «board».
Vatican Insider
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