Raztinger: «Le renuevo mi personal confianza. Me entristecen las injustas críticas en su contra»
ANDREA TORNIELLICIUDAD DEL VATICANO
Benedicto XVI vuelve a confirmar la plena confianza al cardenal Secretario de Estado Tarcisio Bertone. Lo hizo con una carta escrita el 2 de julio, es decir antes de partir hacia la residencia veraniega de Castel Gandolfo, en donde el Papa pasará un periodo de reposo.
«Deseo expresarle –escribe Ratzinger a su colaborador más cercano– profundo reconocimiento por su discreta cercanía y por su consejo iluminado, que me ha sido de particular ayuda en estos últimos meses». La referencia al periodo es significativa: se trata de un periodo caracterizado por los “vatileaks”, la fuga y filtración de documentos reservados, pero también por las polémicas sobre el IOR y el despido del ex presidente Ettore Gotti Tedeschi. «Habiendo notado con tristeza las injustas críticas que se han levantado en contra de su persona –añade el Papa–, pretendo renovarle la confirmación de mi personal confianza, que ya tuve ocasión de manifestarle con la carta del 15 de enero de 2010, cuyo contenido permanece, para mí, inalterado».
Benedicto XVI, pues, hace una referencia explícita a las críticas –que define “injustas”– que han llovido sobre el Secretario de Estado por el caso de los “vatileaks”, una operación que tenía como blanco principal justamente a Bertone, aunque no fuera el único. El mismo purpurado confirmó que se sentía en la mira, durante la entrevista que ofreció hace pocas semanas a la revista “Famiglia Cristiana”.
La carta que el Papa había escrito al Secretario de Estado (el 15 de enero de 2010), después de que este hubiera cumplido los 75 años de edad, representa una respuesta a la carta del purpurado con la que, como está previsto, renunciaba a su cargo. En esa ocasión, Ratzinger había confirmado la confianza para con su «primer ministro», asegurando que pretendía mantenerle todavía en el cargo.
La carta papal que dio a conocer hoy la Sala de Prensa vaticana, evidentemente, tiene el objetivo de poner un punto final a las apuestas sobre la sucesión de Bertone. Una sucesión que se dará, sin duda ninguna, pero que no es inminente. El Papa renueva de esta forma, al interior de la Curia Romana y fuera de ella, la señal de unidad y confianza en sus colaboradores más estrechos, misma que había subrayado poco después del arresto del ayudante de cámara Paolo Gabriele, hasta ahora único sospechoso por la fuga de los documentos reservados que fueron publicados en “Il Fatto Quotidiano” y en el libro de Gianluigi Nuzzi, “Su Santidad”.
Vatican insider
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