Mario Tasca, reelegido sucesor de San Francisco
Más de un centenar de participantes de todos
los países donde hay presencia de la orden
El 17 de febrero, primer domingo de Cuaresma, con una solemne concelebración eucarística presidida por fr. Marco Tasca, Ministro general, terminó, en Asís, el 200 Capítulo general de la Orden, máxima expresión del discernimiento comunitario de la familia franciscana. Iniciado el 18 de enero, había durado cuatro semanas de laborioso trabajo.
En agradecimiento al Señor, los frailes cantaron el Te Deum, manifestación de vitalidad fraterna, de aceptación recíproca y de amor compartido por los hijos de San Francisco.
Los más de cien convocados procedían de todos los países donde los franciscanos conventuales están presentes y, durante el evento, reeligieron para un segundo mandato al Ministro general, fr. Marco Tasca, confirmándolo para otros 6 años como la guía de la Orden. También fueron elegidos el Vicario y los Asistentes generales que conformarán el Definitorio.
Por los aspectos espirituales, formativos, organizativos y económicos tratados, el capítulo será punto de referencia obligado para la vida religiosa franciscana. Los grupos de discusión examinaron, tema por tema, las propuestas del Instrumentum Laboris, preparado por los responsables “salientes”, entre ellas cuestiones tan importantes como el proceso de revisión de las Constituciones. En asamblea fueron votadas las mociones que marcarán las líneas generales para el próximo sexenio, de modo que aseguren la unidad y la solidaridad entre las distintas jurisdicciones de la Orden.
Particulares momentos de fraternidad y comunión eclesial fueron las peregrinaciones a Roma, para la Audiencia con el Santo Padre (6 de febrero) y la visita a los santuarios de nuestro santo hermano José de Cupertino (Ósimo) y de la Virgen de Loreto.
Más de 30 días pasados en fraternidad, no sólo fueron motivo de discusión y votaciones, sino también de oración. Pese a las distintas lenguas y tradiciones, rezamos juntos las Horas y celebramos la Misa en la Basílica inferior de San Francisco. Estos momentos de liturgia y oración, muy cuidados por cierto, constituyeron el “motor” espiritual del encuentro.
Cerrado el Capítulo, ministros y custodios volvieron a sus fraternidades con el don espiritual hallado en el encuentro con Dios y con el Padre San Francisco que, desde Asís, tierra que viera nacer el carisma, una vez más envió en misión a sus hermanos por los cuatro puntos cardinales.
Fr. Alessandro Ratti OFMConv
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