Dios es un nómada elevado al cielo y que se recuerda de sus dunas” (Régis Debray)
21 de septiembre, domingo XXV de TO
Mt 20, 1-16.
Él contestó a uno de ellos: Amigo, no te hago injusticia (…) Pues toma lo tuyo y vete. Que yo quiero dar al último lo mismo que a ti (…) Así los últimos serán los primeros y los primeros serán los últimos.
Las palabras de Isaías en la primera lectura “Mis planes no son vuestros planes, mis caminos no son vuestros caminos –oráculo del Señor-“ (Is 55, 8), que el profeta escucha atentamente, como le representa Miguel Ángel en La capilla Sixtina, no pueden ser escuchadas hoy de la misma manera que hace veintiocho siglos. En el veintiuno de nuestra era tenemos más certeza de que Dios nos deja al socaire de nuestras humanas fuerzas, aunque hoy como entonces, Él está en ellas. Y así podemos concluir que los planes de Dios son nuestros planes.
En aquella, como en tantas otras antigüedades –algunas siguen inundando nuestros campos de fe hasta nuestros días- las intervenciones divinas eran inexcusables. Las palabras de Jesús –Dios hace justicia a los jornaleros como le place- tienen también resonancias de dichas antigüedades y hay que pulsarlas en nuevos teclados. Las arpas davídicas están ya desafinadas. Sólo así la Palabra de Dios –la de Jesús- es viva, capaz de fecundar, engendrar y generar vida.
Cuando alguien la asume, el hombre toma las riendas de sus posibilidades, recaba toda su energía, descubre los ejes de una nueva vida y la desarrolla hasta las cotas más elevadas de su plenitud. Entonces demuestra que los sueños están al alcance de quienes creen en ello. Ha sido el caso de David Casinos, ciego total que en los Juegos Paralímpicos tiene el palmarés de tres oros consecutivos: Sídney 2000, Atenas 2004 y Pekín 2008. En el motor de su existencia, la idea fuerza de: “Todos los días sale el sol, y si no sale, ya me encargo yo de sacarlo”.
Los planes de Dios son los planes bailados en el gran salón del universo al son de la melodía interpretada por todas las criaturas. Régis Debray (París 1941) ha publicado un ensayo en el que traza el “itinerario” del cristiano en la historia. El nombre de origen permanece, pero el Ser bautizado por turnos –DIEU, GOD, DIOS- no tiene los mismos rasgos en el año 500 a.C., 400 d.C. y 2014, en Jerusalén, Constantinopla, Roma, o Boston. El tiempo, el espacio y las circunstancias no cuentan. Dios es un ser que “crea el mundo y luego no deja de trabajar en él. Dios no hace huelga nunca, impulsa a los hombres a coger en la mano su destino”.
El filósofo galo, militante revolucionario materialista, ha llegado a percatarse de la importancia de Dios en la vida de los hombres. En una entrevista manifestó que su descubrimiento de lo religioso pasó por la antropología más que por la teología, y que finalmente, fue la atención a la realidad lo que le llevó a descubrir el inconsciente religioso, no en la mística, sino en la práctica. Dijo también que cada día estaba más convencido de que “la única manera de estudiar al hombre, con todas sus contradicciones,es estudiarlo desde el prisma de su historia religiosa, de su proyección en lo sobrenatural. Si el hombre es un animal más interesante que los demás es porque tiene ilusiones, un pasado, un futuro”.
La inspiración de León Felipe nos revela la trascendencia de las palabras de Jesús Pastor santo, que “Aquí vino y se fue” –título del Poema XVIII- dejándonos la caja de caudales y herramientas. En él se nos asigna la responsabilidad directa de tan trascendental tarea. Lo dice en los cuatro últimos versos:
Detrás de ti no hay nadie. Nadie,ni un maestro, un amo, ni un patrón.
Pero tuyo es el tiempo. El tiempo y esa gubiacon que Dios comenzó la Creación.
EL carpintero de Nazareth, “que lo sabe todo, sabe que estando solos sin dioses que nos miren trabajamos mejor”. La metáfora de la gubia es una invitación del poeta a entrar en el taller y asumir toda la responsabilidad de lo que en él se cocine. El norte lo marca no sólo el entendimiento sino, y sobre todo, el sentimiento. Cuando el discípulo judío le preguntó al Maestro lo que debía hacer para ser aceptable a Dios, le respondió: “Trata de averiguar cuál es la más profunda inclinación de tu corazón, y síguela”. (Tony de Mello, en ¿Quién puede hacer que amanezca?)
Una inclinación del corazón que Dios nos deja al socaire de nuestras humanas fuerzas. Él está en ellas. Así los planes de Dios son nuestros planes.
“Dios es un nómada elevado al cielo y que se recuerda de sus dunas”.
SI DIOS ESTÁ EN LA MEZQUITA
Si Dios está en la mezquita,
¿a quién pertenece el mundo?
Si Rama, ¡oh peregrino!, está en la imagen que tú adoras, ¿qué ocurre allí donde no hay imágenes?
Hari está en Oriente, Alá en Occidente.
Si Rama, ¡oh peregrino!, está en la imagen que tú adoras, ¿qué ocurre allí donde no hay imágenes?
Hari está en Oriente, Alá en Occidente.
Mírate el corazón,
y allí encontrarás a la vez a Karim y a Rama.
Todos los hombres y todas las mujeres del mundo
Todos los hombres y todas las mujeres del mundo
son sus formas vivientes.
Kabir es el hijo de Alá y de Rama.
Él es mi Maestro; Él es mi mentor espiritual.
Kabir es el hijo de Alá y de Rama.
Él es mi Maestro; Él es mi mentor espiritual.
Kabir
Vicente Martínez
Fe Adulta
No comments:
Post a Comment