La obra, de Koki Ruiz, está hecha de mazorcas de maíz y coco
En Ñu Guasú, la gente ha recibido clamorosamente la alternativa
(José Antonio Rafael Soto, msc Asunción).- El "altar de maíz", un retablo elaborado con cocos, maíz y otros frutos secos, que servirá como escenario para la misa del Papa Francisco se está montando en Ñu Guasú, el lugar donde va a ser la misa, y continuamente acude gente a ver el espectáculo.
El autor lleva años haciendo cosas similares, pero al principio no fue bien visto, quizás por la mentalidad de entonces, y por no cuadrar bien con estrictos principios litúrgicos, pero ahora la gente ha recibido clamorosamente la alternativa, con ese retablo de maíz que presidirá la misa del Papa Francisco.
El mismo arzobispo se fotografia con al autor ante el retablo, y el Senado le va a hacer una distinción. La obra se trajo hace unos días de la ciudad de San Ignacio, en Misiones, escoltado por la policía, y aclamado por mucha gente durante todo el recorrido.
Un fuerte despliegue policial acompañó al camión que transportaba el retablo en un recorrido de cerca de 230 kilómetros desde San Ignacio hasta el parque de Ñu Guasú, el más grande del Asunción metropolitano y donde Francisco oficiará una misa el 12 de julio.
El altar es obra del artista plástico Koki Ruiz, quien instala cada año un retablo elaborado a base de zapallos, calabazas, mazorcas de maíz y otros frutos autóctonos para celebrar la Semana Santa en la zona de Tañarandy, junto a San Ignacio, conocida por albergar uno de los festejos religiosos más singulares de Paraguay
RD
Altar con 32.000 mazorcas recibirá al Papa Francisco en Paraguay
DATOS
Para la construcción del altar fueron necesarias 32.000 espigas de maíz, donadas por comunidades campesinas de los departamentos de Caazapá y Alto Paraná, en el este del país. Además, el altar está adornado por frutos de cocos, en los que los fieles grabaron mensajes para el pontífice. Las imágenes de San Ignacio y San Francisco, confeccionadas con semillas, también serán parte del retablo, tal y como se hacía en las misiones jesuíticas, erigidas en Paraguay en los siglos XVII y XVIII.
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