Mattia Balsamini para The New York Times
CIUDAD DEL VATICANO — Los hombres han gobernado Ciudad del Vaticano desde que se estableció como un Estado independiente en 1929. Sin embargo, hace un año, una mujer se unió a los altos rangos: Barbara Jatta, la primera directora de los Museos Vaticanos.
En los 12 meses desde su nombramiento, Jatta ha puesto su sello en el cargo y ha resistido a algunas de las iniciativas de sus predecesores y forjado su propio camino.
Jatta fue la única mujer en una lista inicial de seis candidatos y fue elegida por el papa Francisco. Ha estado en ese puesto desde enero y está a cargo de unos 200.000 objetos y una serie de museos, apartamentos papales, patios de esculturas y otros sitios, incluyendo la Capilla Sixtina.
Mattia Balsamini para The New York Times
La capilla es uno de los lugares más sagrados de la Iglesia católica, donde se elige a los papas. También se llena casi a diario con multitudes cada vez más grandes que se reúnen ahí para observar el famoso techo de frescos de Miguel Ángel. Los Museos Vaticanos señalan que se espera que el número de visitantes en 2017 alcance una cifra récord y exceda significativamente los seis millones que el predecesor de Jatta, Antonio Paolucci, definió como el límite máximo anual. Los totales ascendentes plantean el desafío más difícil a la dirección de Jatta.
Jatta es amigable pero firme y expresa grandes ambiciones para ella y la institución. En una entrevista, dijo que había trabajado durante veinte años en la Biblioteca del Vaticano y dirigido el departamento de grabados desde 2010. Cuando escuchó acerca de su nominación para el papel de los Museos Vaticanos, dijo: “Primero me pareció impactante enfrentar un cambio tan grande”.
En cuanto a su género, Jatta dijo: “No me di cuenta de lo que significaba sino hasta que comencé a trabajar en ese puesto. Siempre que asistía a conferencias o eventos públicos, muchísimas mujeres se me acercaban y decían: ‘Estamos orgullosas y de alguna manera también nos estás representando’”.
Mattia Balsamini para The New York Times
Eike Schmidt, el director alemán de la Galería Uffizi en Florencia, dijo que el nombramiento de Jatta era una señal positiva. “Dentro del Vaticano, dominado por hombres, darle un papel tan prominente a una mujer fue una muy buena noticia”, dijo, y agregó que esperaba que el mundo de la cultura pronto estuviera “más allá” de las consideraciones de género y “tomara en cuenta a la gente por lo que hizo y lo que hace”.
Un curador que ahora trabaja para Jatta, Maurizio Sannibale del Museo Gregoriano Etrusco, dijo que la conocía desde que eran estudiantes en Roma. La describió como una mujer “afable, decidida y sensible”, y dijo que “sabe cómo ponerse retos a ella misma”.
Dirigir los Museos Vaticanos es un trabajo colosal. Jatta es responsable de la preservación, exposición e intercambio de conocimiento de los tesoros acumulados por los papas a lo largo de los siglos, incluyendo las vastas colecciones egipcias y etruscas, la escultura Laocoonte del siglo primero a.C., y la pintura San Jerónimo de Leonardo da Vinci, del siglo XV. Con su alcance, historia y calibre, los museos hacen que el Palacio de Versalles parezca una vistosa empresa emergente.
Mattia Balsamini para The New York Times
Secciones enteras de los museos están en remodelaciones ordenadas por Paolucci, un antiguo ministro de Cultura que fue director durante nueve años y que antes había dirigido los museos de Florencia. Las remodelaciones incluyen las obras de un patio público del siglo XVI conocido como la Cortile della Pigna (uno de los muchos proyectos respaldados por los Patrones de las Artes en los Museos Vaticanos).
El turismo es un sustento no solo de los museos, sino del Vaticano como un todo. De los 100 millones de euros (119 millones de dólares) en ingresos anuales generados por los museos, aproximadamente la mitad va al Estado, de acuerdo con Paolucci.
Eso complica el trabajo de cualquier director. Al igual que el hecho de que muchos de los sitios del museo tengan una importancia artística y religiosa, comenzando con la Capilla Sixtina.
Seis días a la semana, y el último domingo de cada mes, multitudes de visitantes pasan por las obras maestras de Tiziano y Caravaggio, así como por una serie de habitaciones que pintó Rafael para llegar a la capilla de Miguel Ángel. En una tarde reciente, el recinto sagrado estaba lleno de adultos que miraban boquiabiertos el techo, bebés en carriolas y guías turísticos con banderas. Los guardias callaban periódicamente a la multitud y entraban para evitar que las personas tomaran fotografías.
Mattia Balsamini para The New York Times
El sudor y el aliento de millones de visitantes, así como el polvo que traen, ponen en peligro los frescos de la capilla, según descubrieron los equipos de conservación del Vaticano. Paolucci una vez previó una Capilla Sixtina virtual en las instalaciones del museo: una réplica de tamaño completo o una simulación digital que las multitudes podrían experimentar para limitar la congestión. También anunció que las visitas sin cita finalizarían una vez que las cifras llegaran a seis millones al año. A partir de ese momento, dijo, las entradas tendrían que comprarse en línea y por adelantado.
Sin embargo, Paolucci se fue sin presentar sus planes.
Jatta, que trabajó bajo el mando de Paolucci como subdirectora y sucesora natural a partir de mediados de 2016, dijo que estaba en contra de impedir el acceso sin cita a los museos, aunque los totales de 2017 parecen mostrar otro aumento significativo en las multitudes, casi del 10 por ciento. “Si fueras un visitante que desea ver la Capilla Sixtina, llegaras a Roma y te dijeran que no puedes verla, ¿qué harías?”, preguntó. “También somos un museo con valor moral y espiritual. La Capilla Sixtina también es una capilla y eso es algo que no se puede olvidar”.
En cuanto a una Capilla Sixtina virtual, requeriría demasiado espacio y les costaría más a los visitantes, dijo. En vez de eso, los Museos Vaticanos han aconsejado crear un espectáculo multimedia envolvente(con una banda sonora de Sting) que se inaugurará en marzo en un auditorio cerca del Vaticano e ilustrará la historia de la Capilla Sixtina.
Además del tránsito de visitantes, Schmidt dijo que las colecciones del Vaticano, que comenzaron hace casi dos milenios, son “una de las colecciones de arte más duraderas que tiene la humanidad”. Tienen “una importancia casi única en todo el planeta”, agregó.
La misión de Jatta, como la describió, es “encontrar una manera de que los visitantes las vean en las condiciones apropiadas”.
Farah Nayeri
New York Times
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