A continuación publicamos la carta del Vicario para la Familia, Padre Marcos Burzawa, con ocasión del Día Internacional de la Mujer.
"Debo reconocer que muchas veces, desde mi infancia, he quedado admirado por el coraje y 'el genio femenino'.
En mi madre he admirado su fuerza, su sacrificio, su entrega y la coherencia de vida con que siempre ha practicado y transmitido su fe. Ella quedó viuda joven y la tristeza por la partida de mi padre la fortaleció. No se dejó llevar por la desesperanza porque aún tenía hijos a los cuales cuidar. La historia de mi madre es la historia de miles de mujeres chilenas.
Al recorrer, como párroco, las poblaciones de Maipú, he sido testigo del heroísmo silencioso y cotidiano con que las madres, esposas, hijas, profesionales enfrentan, día a día, desafíos y problemas muchas veces gigantescos.
Además de su coraje, admiro lo que algunos llaman 'el genio femenino'. Se trata de esa capacidad de desempeñar varios roles al mismo tiempo sin perder jamás el sentido de las prioridades.
Muchas mujeres son excelentes madres, esposas, profesionales y amigas sin abandonar la vocación femenina con que Dios las bendijo.Celebrar el Día de la Mujer, es celebrar, entonces, el coraje y 'el genio femenino'.
Pero no se trata sólo de hacerlo simbólicamente, sino de abogar para que, como sociedad, seamos más concientes de la pesada carga que, injustamente, hemos puestos sobre sus hombros.
Creo que el gran desafío es que ayudemos a la mujer a armonizar debidamente su vocación femenina y materna con el aporte extraordinario que ella puede brindar a la cultura y a la sociedad.Como ya lo hizo el Papa Benedicto XVI, también nosotros queremos dar gracias a Dios por todas las mujeres chilenas, pero también pedirles que nunca dejen de ser lo que son: las transformadoras de una sociedad fría e impersonal en un hogar cálido y acogedor".
Fuente: Iglesia.cl
"Debo reconocer que muchas veces, desde mi infancia, he quedado admirado por el coraje y 'el genio femenino'.
En mi madre he admirado su fuerza, su sacrificio, su entrega y la coherencia de vida con que siempre ha practicado y transmitido su fe. Ella quedó viuda joven y la tristeza por la partida de mi padre la fortaleció. No se dejó llevar por la desesperanza porque aún tenía hijos a los cuales cuidar. La historia de mi madre es la historia de miles de mujeres chilenas.
Al recorrer, como párroco, las poblaciones de Maipú, he sido testigo del heroísmo silencioso y cotidiano con que las madres, esposas, hijas, profesionales enfrentan, día a día, desafíos y problemas muchas veces gigantescos.
Además de su coraje, admiro lo que algunos llaman 'el genio femenino'. Se trata de esa capacidad de desempeñar varios roles al mismo tiempo sin perder jamás el sentido de las prioridades.
Muchas mujeres son excelentes madres, esposas, profesionales y amigas sin abandonar la vocación femenina con que Dios las bendijo.Celebrar el Día de la Mujer, es celebrar, entonces, el coraje y 'el genio femenino'.
Pero no se trata sólo de hacerlo simbólicamente, sino de abogar para que, como sociedad, seamos más concientes de la pesada carga que, injustamente, hemos puestos sobre sus hombros.
Creo que el gran desafío es que ayudemos a la mujer a armonizar debidamente su vocación femenina y materna con el aporte extraordinario que ella puede brindar a la cultura y a la sociedad.Como ya lo hizo el Papa Benedicto XVI, también nosotros queremos dar gracias a Dios por todas las mujeres chilenas, pero también pedirles que nunca dejen de ser lo que son: las transformadoras de una sociedad fría e impersonal en un hogar cálido y acogedor".
Fuente: Iglesia.cl
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