Sunday, August 24, 2008

El circo mediático

Se coge la alcachofa, se busca a la víctima que va a a ser sometida al sacrificio del quieras o quieras, se le hace a la vícitimas la pregunta más impertinante o más compromertida que se pueda y se espera a que diga algo. Y, si no dice nada, se insiste una y otra vex hasta arrancarle el alma por la boca. Y,si no nos contesta nada, se cabrea uno con la víctima y se dice a continuación que la víctima ha despreciado a los medios de comunicación y que no ha respetado la libertad de prensa.


Lo de Barajas y su accidente de aviaciónn y sus ciento cincuenta y tres muertos ha sido la penúltima sesión de eso que algún colega del periodismo ha llamado sin morro alguno “el circo del corrillo de periodistas. Y es que todas las televisiones y todos los periòdicos y todas las radios de esta tierra nuestra y parte del extranjero se volcaron sobre el suceso como buitres tras una fácil presa. Se saltaban como se podía las vallas que la policía había colocado para proteger la discreción del acontecimiento. Se buscaba del mismo por parte de los fotògrafos el detalle más “expresivo”. Se añadìan datos a la información general: “El cadáver de un bebé al que le faltaban las piernas”, por mal ejemplo. T se lamentaba jeremiacamente que la policía nio permtiera un mayor acercamiento a las llamas vivas del avión y a los primeras confusiones montadas por el accidente.


Se iba como pirañas tras el rastro de la sangre o de las làgrimas o de la venerable señora que se desmayaba de dolor -escena repetida obsesivamente por todas las televisiones del país-. Hasta se preguntaba si no tenían miedo de viajar en avión a quienes, a pesar de todo, iban a tener que subir y viajar. Pero había paparazzi a quienes lo que les placía más era averiguar hasta dónde podía llegar el canguelo de los viajeros. O se iban a los pueblos -en Zamora, en Toledo, en Guadalajara- de donde eran naturales algunas de las víctimas para espiar los sentimientos de las gentes amigas o familiares de algunos de los fallecidos. A las cámaras, en los momentos de ir adivinando lo que había sucedido, se las había provisto de largos objetivos para que, aunque fuera desde lejos y medio inventando las cosas, no faltara absolutamente ninguna de las circunstancias más llamativas.



Tenía uno la sensaciòn de que el dolor y la congoja valían algho a estos “informadores” solamente si con ellos se podían montar el espectáculo obsesivo de la sangre y de la tragedia. A quienes en esos momentos están atravesando la cruenta sorpresa de la incertidumbre o del dolor por la muerte de alguien que es parte de su vida -por amistad o por sangre- lo más fácil es provocarles un estado de ansiedad y angustia en que se pueden producir expresiones fuera de todo dominio y sensatez. Y a sorprender esos momentos de abandono interior y de psicología superada por el dolor no tiene derecho alguno el corral de periodistas provistos de todos los medios técnicos y desprovistos de algo tan elemental en periodismo como tiene que ser el respeto silencioso al dolor o al gozo de los demás. Al circo montado en el entorno de la gran tragedia de Spanair habría que reconvenirle respetuosamente. El servicio a la información imprescindible no es lo mismo que el asalto a la intimidad de gentes desprovistas -en esos momentos- de cualquier autodefensa. Y lo de inventarse la contestaciòn que nadie ha dado a la pregunta imbécil o imprudente con que el paparazzi se ha dirigido a la víctima, es de una notable inmoralidad.


Aunque a uno le duela tener que decir esto a compañeros de trabajo y de prisas y de fagigas. El periodismo verdadero es mucho más razonable y respetuoso que todo eso. El morbo no tiene nada que ver con el periodismo.


Eduardo Gil de Muro
Religioso carmelito
Del blog "Con permiso"
21

No comments: