Uno de los textos que recoge el libro '11-M Cartas al director', escrito por Eulogio Paz, padre de una de las víctimas.
El obispo de Huesca, Jesús Sanz Montes, también se apunta a la teoría de la conspiración: “supongo que no pondrán más obstáculos para saber la verdad de la maraña confusa y confundida de otra matanza, el 11-M…”, dice en una carta pastoral.
Ante la manipulación de la realidad, ante la utilización de la mentira como justificación política y periodística, Eulogio Paz, padre de Daniel Paz Manjón, una de las víctimas de los brutales atentados del 11-M, se ha visto en la obligación de escribir este libro.
Eulogio Paz nos ofrece un libro fundamental para comprender la España de los últimos tiempos. Un documento periodísticamente impecable sobre el período más convulso desde la transición.
Entre la rabia y la lucidez, entre la desesperación y la decencia , el autor desmonta bajo la fórmula de las Cartas al director el complot político y mediático tejido por la derecha española en torno a la teoría de la conspiración.
Reproducimos una de los textos del libro:
*EL OBISPO DE HUESCA Y EL 11-M *14 de marzo de 2007
El obispo de Huesca, Jesús Sanz Montes, también se apunta a la teoría de la conspiración: “supongo que no pondrán más obstáculos para saber la verdad de la maraña confusa y confundida de otra matanza, el 11-M…”, dice en una carta pastoral. No se preocupe, monseñor; hay un juicio en marcha y la sabrá. No es el Juicio Final, pero terminará por saber la verdad de lo que pasó. No la Verdad Absoluta, Sempiterna, pero sí una serie de verdades que fueron configurando los hechos criminales que ahora se juzgan. También, todo hay que decirlo, una serie de mentiras (la existencia de armas de destrucción masiva en Irak, la participación de ETA en el 11-M, etc.). Verdades y mentiras terrenales que, a la postre, son las que al obispo de Huesca le tienen trastocado. Puede que para él, por los estudios (¿mayores?) que tiene, le sea más fácil entender el misterio de la Santísima Trinidad que lo que pasó el 11-M. Su fe en lo que no comprende razonablemente contrasta con su falta de entendimiento de lo que realmente pasa en los idus de este mundo. Pero si tan preocupado está el monseñor, siendo como es de la cofradía del queremos saber, no estaría de más que acuda a presenciar en vivo y en directo, día a día, todas las sesiones del juicio; no creo que le suponga un gran trabajo añadido a su quehacer diario. Es de esperar que cuando el tribunal terrenal se pronuncie, suba al púlpito y, con el mismo arrojo con el que ha publicado la carta pastoral, lea la sentencia judicial a todos los feligreses. Tal vez no se atreva y prefiera, enmarañado y confuso, buscar amparo en el confesionario. Alguien habrá que le corra la cortina.
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