El proyecto del Gobierno prevé una inversión de 90.000 millones de euros
Las familias brasileñas que ganen hasta 1.500 reales (455 euros) al mes podrán aspirar a una de las 12 millones de viviendas previstas en el gigantesco Plan Nacional de Vivienda que el Gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva lanzará después de año nuevo y que prevé una inversión de 300.000 millones de reales (más de 90.000 millones de euros) durante los próximos 15 años.
El problema de la vivienda es una de las asignaturas pendientes en este país, que de no poner remedio urgente acabará, según los analistas, favelizándose por completo. El sábado pasado, un estudio del Instituto Brasileño de Geografía y Estatística (IBGE) reveló que una de cada tres ciudades del país tiene ya favelas. El 93% de las ciudades con más de 500.000 habitantes ya está rodeado de favelas. Se calcula que 53 millones de ciudadanos habitan en viviendas consideradas inhumanas por la total falta de estructura y por su carácter de ilegalidad.
El nuevo Plan Nacional de Vivienda de Lula intenta poner freno a una de las mayores plagas del país, como lo son las favelas y las construcciones ilegales, aunque no se las llame favelas, de las que enseguida se adueñan los traficantes de droga, que crean en ellas un Estado paralelo, sin ley.
La nueva iniciativa del Gobierno de crear 12 millones de viviendas ha sido elaborado por el Ministerio de las Ciudades y ahora está en las manos de la ministra de la Presidencia, Dilma Rousseff, brazo derecho de Lula en el Gobierno, que le está dando los últimos retoques. Se trata de convertir la vivienda social en una política de Estado y no sólo de Gobierno, por lo que está concebido para llevarse a cabo durante los próximos 15 años.
El plan se desarrolla en varias fases de inversión y de construcción de casas populares, según publicó el lunes el diario O Globo, y cuenta con un crecimiento medio del producto interior bruto (PIB) nacional del 4%.
La primera fase prevé una inversión de 4.000 millones de reales (unos 1.200 millones de euros) en 2009, a pesar de la crisis mundial, que está afectando a Brasil menos que a países más ricos. En el país suramericano, por ejemplo, no existe el problema de escasez de hipotecas baratas para vivienda, ya que lo que faltan son millones de casas. Van a necesitarse en los próximos años unos 30 millones de viviendas.
Las siguientes fases prevén la ampliación de recursos procedentes de todas las instituciones del Estado y no sólo del Gobierno, que aumentarán con el tiempo. Para ello es necesaria una enmienda constitucional para que se destine el 2% de la recaudación nacional y el 1% de la de los Estados y municipios a remediar la falta de casas para los más pobres.
El plan prevé la formación de un fondo, que aportaría el Tesoro Nacional, al que podrían acudir las familias que en un determinado momento, por ejemplo, por falta de trabajo, dejen de pagar algunas mensualidades, sin que tengan que perder su casa. Se prevé que se pueda socorrer a esas familias pobres al menos durante tres meses consecutivos.
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