Campaña “medio atea” en el autobús

Aparece en El Imparcial una noticia sorprendente que habla de una asociación británica, British Humanist Association, que va a pagar con dinero de sus donantes un anuncio en 30 autobuses de Londres con el siguiente texto: Probablemente no hay Dios, así que deja de preocuparte y disfruta de la vida. En letra más pequeña viene una referencia a unas señas de internet que hablan del infierno.


Estos promotores no tienen claro si se debe apostar por la existencia de Dios o por lo contrario, pero creen que la vida de los hombres sería más placentera si borráramos su sombra. Una primera reflexión me hace lamentar todas las catequesis sobre el Dios cristiano que enfatizaron el castigo consiguiendo que la buena nueva se vistiera de luto. Por mucho que hoy se predique lo contrario hay un fondo en el creyente de miedo, que está siendo difícil de erradicar.


Pero la página web de esta asociación me indica que van mucho más allá pues pretenden erradicar todos los símbolos religiosos de Inglaterra. Así que la campaña española no es novedad. Captan donativos para crear conciencia contra los colegios confesionales y contra la práctica que concede a algunos obispos anglicanos una plaza en la Cámara de los Lores. Por otro lado facilitan lugares para que se celebren funerales y bodas no confesionales.


Puedo estar de acuerdo con alguno de estos movimientos pero lamento una visión de la religión negativa para los ciudadanos. Por otro lado, cada país tiene su historia y su tradición de las que no podemos hacer tabla rasa. Si quitamos todos los signos religiosos de la vida pública ¿qué hacemos con Neptuno, la Cibeles, la estatua del demonio del Retiro y todos los cuadros de imaginería religiosa del Prado? Si no lo hacemos no podremos llevar a los colegios a visitar los museos que están llenos de propaganda cristiana.


Mi conclusión como moraleja es afirmar que si probablemente Dios existe, su persona da consuelo, aliento y esperanza a los que vivimos en este mundo con frecuencia duro e injusto.


Isabel Gómez Acebo
Del blog "Cajón de ilusiones"