Saturday, August 15, 2009

Los hijos de los curas

Viernes 14 de agosto de 2009.

Los hijos de los curas
José Carlos García Fajardo
13/08/09


En Galicia se decía que todos llaman ’padre’ al cura menos sus hijos que le llaman ’tío’.

José Carlos García Fajardo .
Profesor Emérito de la Universidad Complutense de Madrid (UCM). Director CCS.


De nuevo el Vaticano practica su falta de transparencia informativa. Salió a la luz la noticia de que, por fin, iba a reparase la injusticia de que los hijos de los sacerdotes iban a poder llevar sus apellidos y entrar en la legalidad. Lanzaron un globo sonda pero…no valoraron la aceptación general de la medida sino que temieron una oleada de petición de pruebas de ADN por todas partes. Sin cortarse un pelo, como siempre, lo “desmintieron”. ¡Qué cerrazón! Existen miles de hijos de clérigos en todo el mundo, muchísimos que viven con su pareja y esos hijos “sin apellido” ni derechos, de herencia por ejemplo. Miles de sacerdotes que han renunciado al celibato y viven como clandestinos… aunque muchos de ellos hubiera aceptado esa opción cuando eran apenas adolescentes… y sin otra salida en la vida. Existe una injusticia incalificable apoyada en un absurdo y anacrónico canon 277. Pensemos en esos hijos, en esas madres… y en esos sacerdotes que han tenido que vivir en muchos casos como apestados.

Cfr “Los hijos de los sacerdotes”, publicado el 4 agosto en El País: No todos los sacerdotes católicos han cumplido con el voto de castidad. Y la Iglesia se ha encontrado así con unos efectos colaterales que la obligan a buscar soluciones. Con los frecuentes “La Iglesia católica de Estados Unidos ha pagado en los últimos 30 años más de 1.350 millones de euros para compensar abusos y violaciones realizados por más de 4.000 curas”. abusos sexuales, pero también con el número cada vez mayor de sacerdotes que viven en pareja y que tienen hijos. El diario italiano La Stampa ha publicado que la Iglesia estaba buscando remedio a cuestiones relacionadas con este último asunto, como pueden ser el apellido de esas criaturas nacidas en pecado y si podrán heredar los bienes de su progenitor.

El periódico turinés informaba también de que la Santa Sede está preocupada: teme una "avalancha" de procedimientos judiciales que exijan pruebas de ADN para establecer la paternidad de muchos sacerdotes.

¿A quién se le ocurrió lo del celibato, que la Iglesia exigiera a los clérigos "una continencia perfecta y continua para tener un corazón entero al servicio de Dios y los hombres" (canon 277 del Código de Derecho Canónigo)? A Jesús, desde luego que no. No se pronuncia sobre la materia, ni lo hicieron los apóstoles, ni los primeros papas (que estuvieron casados). Así que tuvo que ser un infiltrado con afán de dinamitar el futuro funcionamiento de la institución. No la ha llegado a hundir, pero lo cierto es que a la Iglesia el sexo la está llevando por el camino de la amargura. En primer lugar, y esto es algo que siempre el Vaticano ha cuidado mucho, por dinero. Un solo ejemplo: la Iglesia católica de Estados Unidos ha pagado en los últimos 30 años más de 1.350 millones de euros para compensar abusos y violaciones realizados por más de 4.000 curas. En segundo lugar, por prestigio. Benedicto XVI quiso hacerse el loco cuando se supo de los 35.000 niños que habían padecido abusos sexuales en Irlanda, pero dos semanas más tarde tuvo que dar la cara y recomendar que se "estableciese la verdad" de lo sucedido.

Con los sacerdotes con pareja y con hijos, la Iglesia debería intervenir por pura eficacia. Pero ya se ha apresurado a desmentir a La Stampa. Así que no es cierto que esté estudiando garantizar los derechos de la mujer y los hijos a través de una especie de contrato civil que permitiría a los niños llevar el apellido del papá-sacerdote y heredar sus bienes personales. Mal asunto: de nuevo la Iglesia no se hace cargo de los errores de los suyos.” Prefieren aferrarse al poder, al dominio sobre las mentes, a la conservación y aumento de un patrimonio escandaloso… al que podría afectar los derechos de unos hijos inocentes… pues esa fue la clave de imponer el celibato: la salvaguarda de los bienes de diócesis y parroquias. Por lo demás, era conocida y silenciada la doble vida de tantos clérigos. Estallaron los escándalos imperdonables de abusos sexuales a niños… pero en este caso es un tema jurídico y administrativo que exige solución. Δ


J.C. GARCIA FAJARDO.
Profesor Emérito de la UCM y Director del CCS


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