Sunday, August 16, 2009

Misas a 7.000 kilómetros


Cuenta Jaime León en ABC que el padre Inasu sube al altar y comienza la misa. La parroquia atiende a las palabras del sacerdote. La misa es en malayalam, la lengua local del estado indio de Kerala, y se realiza por un nacimiento. Todo normal. La única peculiaridad es que la ceremonia religiosa ha sido encargada a esta pequeña iglesia india desde Londres. Se trata de la deslocalización de servicios religiosos.
Lo sagrado no escapa a los rigores de la oferta y la demanda y los curas indios llevan una década exportando misas. La falta de sacerdotes en los países occidentales ha propiciado esta pequeña industria. Desde Estados Unidos, Canadá y Gran Bretaña, pero también Lourdes o Santiago de Compostela, llegan peticiones de misas por el nacimiento de un nuevo miembro de la familia.
El Vaticano, instituciones religiosas e iglesias locales desvían a las diócesis indias las solicitudes de ceremonias a través de correos electrónicos. Las autoridades cristianas locales distribuyen a su vez los encargos entre las iglesias con menos recursos. Los tres euros y medio que cuesta la ceremonia encargada desde el extranjero contribuyen a elevar los 30 euros del exiguo sueldo de un cura indio.
La mayoría de las peticiones proceden de católicos. El 23% de los habitantes de Kerala son cristianos y, de ellos, más de la mitad son católicos. Con 6.000 sacerdotes, Kerala se ha convertido en el centro de esta peculiar forma de deslocalización. Esta práctica ha sido atacada por diferentes sectores, desde grupos religiosos que la han denominado «las misas del dólar», hasta sindicatos británicos que denuncian «la comercialización de lo espiritual», pero la Iglesia india defiende su postura.
«Beneficia a ambas partes, no es un negocio», afirma el padre Paul Thelakkat, portavoz de la iglesia siro-malabar de Kerala. La Iglesia Católica lleva haciendo esto desde hace más de 100 años», sostiene. Otro de los motivos que se argumentan es que de esta forma las iglesias de los países ricos sin suficiente personal ayudan a las parroquias de los países pobres.
Más allá de consideraciones espirituales, la crisis económica está golpeando a las iglesias de Kerala. El número de ceremonias se ha reducido en un 50%. Antes la recesión económica las iglesias de su diócesis celebraban alrededor de 350 misas al mes para extranjeros.
La deslocalización de misas se empezó a popularizar en 2004 cuando un aficionado al fútbol encargó una misa para que David Beckhan mejorara su rendimiento. Ese mismo año un seguidor de Michael Schumacher celebró una misa en una pequeña parroquia india para dar las gracias por la victoria del alemán en el Gran Premio de Australia.
RD

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