Tuesday, October 13, 2009

¿Cómo acoge la Iglesia a los curas secularizados?


(Vida Nueva) Se cuentan en España 5.500 curas secularizados. En este Año Sacerdotal, cabe preguntarse: ¿cómo es la acogida que les presta la Iglesia? ¿Cómo se sienten estos mismos sacerdotes? En la sección de ‘Enfoques’, el periodista José Carlos Rodríguez aporta su testimonio en primera persona y relata los obstáculos y las puertas abiertas que encontró, así como su deseo de que se cumplan las palabras en las que el cardenal Bertone declaró que el Año Sacerdotal buscaba también reanudar el contacto y “volver a unirse con los sacerdotes que por diferentes motivos han abandonado el ejercicio del ministerio”. Junto a él, Alphonse Borrás, vicario general de Lieja (Bélgica), comparte sus reflexiones para seguir “construyendo Iglesia”, en las que aboga por el “diálogo, encuentro e integración” con los curas secularizados.

José Carlos Rodríguez relata cómo fueron los primeros meses después de su secularización, en los que “tras 22 felices años de sacerdocio” pasó de trabajar como misionero en el norte de Uganda a engrosar las listas del paro en España, con las dificultades que ello conllevaba por su edad y con la responsabilidad añadida de ser padre. En lo que se refiere a la relación con la Iglesia, el periodista considera que “se facilitaría bastante el entendimiento si los cinco mil y pico [sacerdotes secularizados] empezáramos por admitir, con humildad, que un día prometimos ser célibes y no lo cumplimos. Despojarnos de la autodefensa y de la tendencia a echar las culpas a otros (tengamos o no razón) puede allanar muchos caminos”. Rodríguez considera que “en muchos ambientes se nos mira como si lleváramos un estigma” y que “en muchos ámbitos de la Iglesia uno se encuentra con puestos de enseñanza vedados o, por lo menos, con actitudes que te hacen sentir como persona poco grata“, pero no todo son puertas cerradas, pues asegura que “generalmente en instituciones de la vida religiosa, la actitud suele ser mucho más comprensiva y flexible, algo muy de agradecer”.

La primera afirmación de Alphonse Borrás en relación con este tema es rotunda: “Los sacerdotes secularizados forman parte de la Iglesia (…) Son y siguen siendo nuestros hermanos en la fe“, por lo que estima que “la actitud fundamental sólo puede ser de apertura“. El vicario general de Lieja se pregunta, partiendo del hecho de que estos sacerdotes han vivido un cierto fracaso personal, se pregunta: “¿Quién de nosotros no ha fracasado en un aspecto u otro de su vida? Y este fracaso ha sido superado gracias a su voluntad de seguir adelante, al afecto de los demás, a su íntima convicción de actuar según su conciencia”. En cuanto a que se permitiera el ejercicio de presbíteros casados, Borrás opina que “dicho cambio no me parece ni recomendable ni oportuno desde una perspectiva ecuménica, en la medida en que varias Iglesias de la Reforma van descubriendo el valor del celibato ministerial o consagrado. No descarto, en cambio, que, frente a situaciones extremas de ciertas diócesis, se pueda llamar al presbiterado a hombres casados, a título de excepción“. En cualquier caso, espera que ese diálogo de la Iglesia con los curas secularizados sea posible coincidiendo con este Año Sacerdotal.

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