Wednesday, October 07, 2009

La vida de un obispo cuestionado

Un amigo americano me ha mandado el libro autobiográfico de Rembert Weakland, A Pilgrim in a Pilgrim Church, monje benedictino que terminó siendo obispo de Milwaukee. Reconozco mi falta de interés inicial por conocer la vida de una persona que tuvo una relación homosexual con un varón maduro y que cedió al chantaje. Me imagino que me salió una faceta puritana y condenatoria que llevo larvada en mi interior pero el interés de mi amigo me obligó a leer lo que me mandaba.


Las primeras páginas me impactaron. Se desarrollan en la catedral de su diócesis cuando el arzobispo pide perdón a sus fieles por haber tenido la relación homosexual, no se excusa, no se disculpa y no sale por la puerta de atrás sino que da la cara. ¡Lo que tuvo que sufrir! Este punto de partida le sirve para relatar su vida.


Nacido durante la depresión y muerto su padre, la familia pasa por grandes apuros económicos. Gracias a un viejo piano, él consigue hacerse notar en la escuela y que sus profesores aconsejen a su madre que mande al niño al colegio menor de los benedictinos donde estudia y termina haciéndose monje.


Sus ascensos son meteóricos: abad, primado de los abades benedictinos, obispo, arzobispo, miembro destacado de la Conferencia Episcopal de los Estados Unidos. Tiene que viajar por el mundo entero y pasa largas temporadas en Roma.


La parte más interesante del libro es la que nos abre a la curia. Sus relaciones con Pablo VI son excelentes pero no tiene química con Juan Pablo II. Weakland, hombre liberal, que intenta ser pastor de todos, que considera injusta la política de Roma contra las mujeres y los sacerdotes casados, tenía que darse de bruces contra el Papa polaco y… así fue.


Otro aspecto atrayente de la obra es la descripción que hace de la falta de preparación sexual que se daba en los conventos. El mismo, cuenta que se enteró de sus inclinaciones sexuales cuando en su soledad de obispo se sintió atraído por la compañía de un varón con el que tenía aficiones comunes.


Al terminar el libro me acordé de la felix culpa de la que hablaba Lutero. Estoy segura que el paso por su calvario personal le convirtió en una persona más cercana a la gente. De hecho, la primera edición de su libro, 10.000 ejemplares, se ha vendido enseguida y los ejercicios espirituales que dirige tienen siempre gran aceptación.


Isabel Gómez Acebo
Cajón de ilusiones
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