La polémica en torno a la Sábana Santa de Turín es la historia de nunca acabar. ¿Recordáis aquellos estudios de cientítificos de las NASA que hablaban de un efecto tridimensional equivalente a una prueba de la resurrección? ¿O aquel suizo que encontró en ella polen de Palestina? Luego fue la historia del carbono 14, que desmentiría la antiguedad del lienzo, argumento refutado por los partidarios de la Santa Síndone. Ahora el científico italiano Luigi Garlaschelli asegura haberla reproducido en pocos días , lo que demostraría que la pieza original no es más que una falsificación realizada en el año 1300. “Finalmente hemos conseguido demostrar que era factible (reproducir la sábana) con los instrumentos de la época”, según declaró ayer Garlaschelli, que enseña Química en la Universidad de Pavía (norte de Italia).
El experto dice haberse valido de los materiales y elementos de que se disponía en el año 1300. Según sus explicaciones, esto demostraría que la Sábana Santa podría perfectamente haber sido confeccionada en esa fecha y que se trataría, por tanto, de una falsificación.Además, según Garlaschelli, la copia de la sábana demostraría que “se equivoca quien sigue sosteniendo que no pudo haber sido realizada por mano humana y que fue producida de modo milagroso”.
Por su parte el experto peruano de la Sábana Santa de Turín, Rafael de la Piedra, explica que esta reliquia sagrada “sigue siendo un objeto único, irreproducible e inimitable” ante las afirmadiones de Garlaschi.“Una muestra parecida como la que Garlaschelli ha presentado no resistirá a las conclusiones multidisciplinarias, que a lo largo de más de 100 años, científicos de todos los credos y especialidades” han realizado en la Sábana Santa. Bastaría, por ejemplo, dice citando al experto estadounidense John Jackson del Turin Shroud Center of Colorado, que ha estudiado la Sábana Santa desde 1978, “tener en cuenta las propiedades tridimensionales de la imagen (…) la presencia de sangre humana con índices altísimos de bilirrubina, el polen de más de 77 plantas que nos van marcando el recorrido histórico de la Sábana hasta casi el siglo I de nuestra era y, entre otros, el mecanismo de transferencia de la imagen de un crucificado con todas las heridas descritas en los Evangelios a un lienzo”.
“La imagen del cuerpo se superpone a las heridas y es superficial ya que no traspasa el lienzo como sí lo hace la sangre”, agrega de la Piedra.Por lo tanto, concluye, “podemos afirmar con un alto grado de certeza, que la Sábana Santa de Turín con todas las características antes mencionadas sigue siendo un objeto único, irreproducible e inimitable. Esa es la verdad interna de la Sábana Santa de Turín”. Por su parte, y al ser consultado por ACI Prensa, John Jackson criticó la técnica mediante la cual el equipo de Garlaschelli añadió sangre a la tela que crearon para luego “añejarla” y explicó algunos detalles al respecto.
Recuerdo en mis tiempos de director de “Vida Nueva” que publicamos un dossier sobre la famosa Sábana encabezado por una de las entrañables viñetas de José Luis Cortés. María estaba tendiendo la sábana después de haberla lavado a conciencia en un día de sol, entre flores y pajarillos, mientras el joven Juan le decía: “María, ¿cómo se te ha ocurrido lavar esa sábana? ¡Era una prueba buenísima” A lo que la madre Jesús respondía: “Hijo, si no creen viendo las flores y los pájaros, ¿piensas que van a creer viendo esto?”
El dibujo lo decía todo. No hay mucho más que añadir. Respeto el interés por el tema de las asociaciones de sindonólogos, sus congresos y conclusiones. Reconozco en esa imagen rasgos de majestad y bondad, como podría poseer cualquier obra de arte (Auque hay obras de arte que me dicen mucho más) Pero yo me quedo con el rostro de Jesús que llevo dentro y que recupero desde la oración y el silencio. Y sobre todo con el del Cristo vivo en mis hermanos los más pobres, tristes y solitarios de este mundo.
Pedro Miguel Lamet
El Alegre cansancio
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