Desde 1980 a 1992, el Padre mariano trabajó en Pudahuel para luego pasar a La legua donde estuvo hasta el año 2002, convirtiéndose en uno de sus organizadores sociales más activos
"La Iglesia se ha preocupado mucho de sacramentar, es decir, realizar bautizos, primeras comuniones, matrimonios por la Iglesia, confirmaciones, pero no ha presentado, como centro del mensaje, a Jesús y su proyecto. La pregunta no debe centrarse en torno a cuánta gente comulga en misa, sino más bien a cuántos descípulos de Jesús hay en la comunidad, cuántos, como diría el padre Hurtado, "chiflados" por el mensaje de Cristo, tenemos entre nosotros"
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