Domingo 6º TO ciclo A
LECTURAS
ECLESIÁSTICO 15, 16-21
Si quieres, guardarás sus mandamientos
porque es prudencia cumplir su voluntad.
Ante ti están puestos el fuego y el agua,
echa mano a lo que quieras.
Delante del hombre están la muerte y la vida;
le darán lo que él escoja.
Es inmensa la sabiduría del Señor,
es grande su poder y lo ve todo.
Los ojos de Dios ven las acciones,
El conoce todas las obras del hombre.
No mandó pecar al hombre
ni deja impunes a los mentirosos.
Jesús ben Sira, sabio israelita del s.II aC vivió y escribió en Egipto hacia el año 190 aC. Y su nieto publica su escrito unos cincuenta años más tarde. Son tiempos difíciles, en que Israel, bajo la dominación de los reyes de Siria, los seléucidas, se ve tentado por las costumbres helenísticas, que poco después serán impuestas violentamente por Antíoco Epifanes.
Pero el peligro mayor no estará en la imposición, sino en el atractivo de ese modo de vida, enteramente ajeno y opuesto al modo de vida tradicional. El libro es por tanto una exposición de la Antigua Ley y las viejas costumbres para mantenerlas frente a los vientos modernizantes y paganizantes del momento.
1 CORINTIOS 2, 6-10
Hablamos, entre los perfectos, una sabiduría que no es de este mundo, ni de los príncipes de este mundo, que quedan desvanecidos, sino que enseñamos una sabiduría divina, misteriosa, escondida, predestinada por Dios antes de los siglos para nuestra salvación.
Ninguno de los príncipes de este mundo la ha conocido, pues si la hubiesen conocido, nunca hubieran crucificado al Señor de la gloria sino, como está escrito, "ni el ojo vio, ni el oído oyó, ni el hombre puede pensar lo que Dios ha preparado para los que le aman".
Y Dios nos lo ha revelado por el Espíritu, y el Espíritu todo lo penetra, hasta la profundidad de Dios.
Pablo continúa desarrollando la idea de que no es sabiduría humana, -filosofía griega- la sabiduría de los que siguen a Jesús (“los perfectos”, modo de expresión que a nosotros se nos hace extraño y en el cual algunos quieren ver cierta resonancia gnóstica). Es una sabiduría divina, escondida para los sabios de este mundo.
Precisamente por eso crucificaron a Jesús, porque su sabiduría es necedad para el mundo, del mismo modo que la sabiduría del mundo es necedad para los que viven en el Reino.
La sabiduría de Jesús y de los que le siguen es un don del Espíritu.
José Enrique Galarreta, S.J.
Fe Adulta
Este es un espacio para alimentar y vitalizar la dimensión espiritual y humana de las personas comprometidas con la construcción de una sociedad más humana, justa y solidaria. Todos somos peregrinos. "sal de tu tierra, de tu casa y vete a la tierra que yo te mostraré; haré de tí una gran nación y te bendeciré." (Gén. 12, 1 ss)
Sunday, February 13, 2011
Comentario de la 1a. y 2a. lectura por José Enrique Galarreta sj
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