Plato

En el cartel de campaña de Manos Unidas 2011 aparece un gran plato. Para la mayoría de quienes vivimos en occidente, el plato y los cubiertos significan el orden en la alimentación: comidas razonables (las que caben en el plato), horarios regulares, compañeros en la comida, higiene en la alimentación. Todo eso es lo que consideramos razonable para todo el mundo. Sin embargo, dos peros:

Primero, muchísimas personas no tienen un plato delante o no tienen con qué llenar el cuenco. No lo pueden hacer porque, sencillamente, la distribución de alimentos en nuestro mundo no llega a sus mesas. Y es que los alimentos son, cada vez más, una mercancía de la cadena comercial orientada por la necesidad de dar beneficios a los dueños de los fondos de inversión propietarios de las plantaciones y de las cadenas de distribución.

Segundo, en nuestro mundo occidental, además de la desigualdad, se ha instalado una cultura del derroche. Comemos más de lo que necesitamos; y producimos y comercializamos más de lo que comemos. Nos hemos organizado de tal manera que por bien que funcione la cadena, el cincuenta por ciento de los alimentos producidos acaban en la basura.

Por tanto, dos líneas de trabajo: en primer lugar, mejorar los sistemas productivos y de distribución de los alimentos, orientándolos a dar satisfacción a las necesidades reales de las personas; en segundo lugar, de nuestra parte, consumir con responsabilidad (comprar con responsabilidad), en lo saludable, en las cantidades razonables, en los embases no contaminantes, y productos que no provengan de la explotación injusta de los campesinos.

Al fin y al cabo, el mundo, nuestro mundo, es redondo y es de todos, también redondo y de todas y todos debe ser nuestro plato.

Anchieta