LECTURAS
Domingo 26 tiempo ordinario
EZEQUIEL 18 , 25-28
Esto dice el Señor:
Comentáis: "no es justo el proceder del Señor"
Escuchad, casa de Israel: ¿es injusto mi proceder?, ¿o no es vuestro proceder el que es injusto?
Cuando el justo se aparta de su justicia, comete la maldad y muere, muere por la maldad que cometió.
Y cuando el malvado se convierte de la maldad que hizo, y practica el derecho y la justicia, él mismo salva su vida.
Si recapacita y se convierte de los delitos cometidos, ciertamente vivirá y no morirá.
Ya conocemos (Domingo 23º) al Profeta Ezequiel, sacerdote que predica primero en Jerusalén, asiste a su destrucción, y sigue su predicación deportado en Babilonia.
Uno de los temas habituales de su predicación es la conversión. "Volveos al Señor, Él os recibirá, Él os salvará y os devolverá a la Tierra."
En el texto de hoy se toca un tema específico: Israel tiene la convicción de que hay un castigo inmediato del pecado, y de que estos castigos pasan de generación en generación: que el hijo paga por el pecado de los padres. Ezequiel precisa que el pecador paga por sus pecados, y que, si se vuelve a Dios, siempre encuentra perdón. Merece la pena leer todo este capítulo 18. Termina así:
Quitaos de encima los delitos que habéis cometido,
estrenad un corazón nuevo y un espíritu nuevo ...
Pues no quiero la muerte de nadie - oráculo del Señor –
¡Convertíos y viviréis!
FILIPENSES 2, 1-11
Si queréis darme el consuelo de Cristo y aliviarme con vuestro amor, si nos une el mismo espíritu y tenéis entrañas compasivas, dadme esta alegría:
Manteneos unánimes y concordes, con un mismo amor y un mismo sentir. No obréis por envidia ni por ostentación, dejaos guiar por la humildad y considerad siempre superiores a los demás.
No os encerréis en vuestros intereses, sino buscad todos el interés de los demás.
Tened entre vosotros los sentimientos propios de una vida en Cristo Jesús.
Él, a pesar de su condición divina, no hizo alarde de su categoría de Dios; al contrario, se despojó de su rango y tomó a condición de esclavo, pasando por uno de tantos. Y así, actuando como un hombre cualquiera, se rebajó hasta someterse a la muerte, y una muerte de cruz.
Por eso, Dios lo levantó sobre todo y le concedió el "Nombre-sobre-todo-nombre", de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble, - en el Cielo, en la Tierra, en el Abismo -, y toda lengua proclame: "¡Jesucristo es Señor!", para gloria de Dios Padre.
El texto de hoy tiene dos partes muy claras:
· una exhortación a mantenerse en la unidad, en la vida sencilla y fraterna;
· el ejemplo de Cristo, en que se muestra un nivel de Cristología ya diferente y más "alto", más "descendente" que el de Lucas-Hechos, como si estuviese en contacto con la Cristología del Verbo Encarnado, propia de Juan (no podemos olvidar que Éfeso es, casi con seguridad, el centro de la "comunidad del discípulo amado").
José Enrique Galarreta, S.J.
Fe Adulta
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