Además de los feligreses, el evento ha contado con una serie de invitados de diferentes partes de Rusia y el extranjero, que se han reunido alrededor del cardenal Jozef Tomko, enviado especial del Papa Benedicto XVI.
Según la información enviada a la Agencia Fides por la archidiócesis de la Madre de Dios en Moscú, la alegría de la ocasión se vio ensombrecida por la profunda tristeza del hecho de que una de las casas de las Hermanas de Madre Teresa en Moscú fue demolida y una segunda aún está peligro de ser demolida por las autoridades de la ciudad debido a la falta de permisos de construcción. Desde 1990, los dos edificios fueron utilizados como centro de servicios para personas sin hogar y discapacitados. Durante 20 años las hermanas han dado de comer todos los días a más de 150 personas sin hogar, les han ofrecido la oportunidad de darse una ducha, la estancia en un lugar seguro y cálido durante un par de horas. Hace tres años, las autoridades locales han recurrido a los tribunales para obligar a las Misioneras de la Caridad para demoler un edificio y eliminar el piso de arriba de la otra. Moscú se ha convertido en la primera ciudad que lanza una demanda en contra de las hermanas de Madre Teresa.
Funcionarios locales católicos, con la generosa ayuda de la Iglesia Ortodoxa Rusa, organizaciones comunitarias e individuos, han tratado de resolver el conflicto, pero sin éxito. "El edificio demolido fue construido con donaciones de personas de todo el mundo, y su destrucción es un signo de ceguera frente al sufrimiento humano y el desprecio por aquellos que ayudan a los más pobres", dijeron las Misioneras de la Caridad en un comunicado emitido por la Arquidiócesis. A diferencia de los demás países, donde las Misioneras de la Caridad reciben los edificios gratis del gobierno, las autoridades de Moscú no han mostrado hasta ahora ningún interés en ayudar a las hermanas a encontrar un nuevo hogar, dijo un representante de las Misioneras de la Caridad.
"Estoy convencido de que las hermanas han hecho un trabajo útil, y necesario para la ciudad. Su servicio amable contribuye mucho a la vida social y espiritual de Moscú. Era necesario tratar de encontrar una decisión diferente legal que pudiera salvar este edificio", dijo su excelencia monseñor Paolo Pezzi, Arzobispo metropolitano de la Archidiócesis de la Madre de Dios en Moscú.
El arzobispo Ivan Jurkovic, Nuncio Apostólico, en su discurso durante la ceremonia de inauguración de la estatua ha dicho que el amor al prójimo de las Misioneras de la Caridad, "su dedicación y el ministerio desinteresado encuentren la apreciación de los residentes y de las autoridades de Moscú", y así puedan conseguir un nuevo edificio en el que puedan hacer su trabajo entre los más desfavorecidos.
(SL) (Agencia Fides 27/09/2011)
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