En el encuentro con los periodistas durante el vuelo a Berlín, Benedicto XVI calificó de «naturales» las manifestaciones en contra de su viaje, pero señaló que «hay también mucha gente que me espera con alegría. Yo voy con alegría a mi Alemania y me siento feliz de llevar el mensaje de Cristo a mi tierra».
El Papa, que tenía aspecto tenso y cansado, reconoció que los abusos sexuales de menores son una de las causas por las que 180.000 alemanes abandonaron formalmente la Iglesia Católica durante el pasado año.
El Santo Padre considera que «se sienten escandalizados ante estos crímenes y dicen “esta no es mi Iglesia”», pero insistió en que «la Iglesia no es una asociación deportiva o cultural en la que uno busca su propio interés», sino «la red del señor en la que hay peces buenos y también malos».
Benedicto XVI animó a «a trabajar contra los escándalos para que no se produzcan».
El Papa subrayó la importancia de su encuentro con los jefes de la Iglesia luterana en Erfurt mañana viernes y agradeció la invitación a reunirse en el convento donde vivió Martín Lutero, que es un gesto de aprecio hacia Roma por el cual, según dijo, «me siento muy feliz de mostrar así nuestra unidad en lo fundamental».
Ecclesia
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