honores en el aeropuerto de Berlín. Al pie de la escalera le esperaban el presidente de Alemania Christian Wulff y la canciller Angela Merkel.
Un grupo de niños regaló al Papa unas flores y recitó unas poesías para darle la bienvenida a su país. La bienvenida oficial a Benedicto XVI fue en el castillo de Bellevue de Berlín, residencia del presidente de Alemania.
Tras firmar en el libro de oro, el Papa pronunció el primer discurso del viaje, en el que explicó el porqué de esta visita a su país natal.
“No he venido aquí para obtener resultados políticos o económicos sino para encontrar a la gente y hablarles de Dios”, dijo el Papa.
Benedicto XVI ha reflexionado sobre cómo la religión basada en una verdadera libertad, ayuda a construir una sociedad mejor.
Benedicto XVI
“La religión es una cuestión fundamental para una convivencia plena.'Como la religión necesita de la libertad, así la libertad necesita de la religión'”.
Según el Papa la libertad “se desarrolla sólo en la responsabilidad ante un bien mayor” que existe sólo si hace bien a todas las personas y es la mejor manera para realizarse personalmente.
Benedicto XVI
“Puedo realizarme verdaderamente como persona libre sólo cuando uso también mis fuerzas para el bien de los demás”.
Desde el castillo de Bellevue Benedicto XVI también hizo referencia a “las páginas oscuras” de la historia de Alemania.
Benedicto XVI
“Una mirada clara también sobre sus páginas oscuras nos permite aprender de su pasado y de recibir impulso para el presente”.
Antes de finalizar este primer encuentro, el Papa propuso una “solución” a la situación de indiferencia que atraviesa la sociedad actual.
Benedicto XVI
“Un mundo necesita una profunda renovación cultural y el redescubrimiento de valores de fondo sobre los cuales construir un futuro mejor”.
Tras el dicurso, Benedicto XVI mantuvo un encuentro privado con el presidente de Alemania, Christian Wulff.
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