Franciscana misionera de María y fundadora de Bayt al-Thaqafa
Texto y foto: JORDI LLISTERRI | “Durante 10 años casi nadie se ocupaba de esto”, dice Teresa Losada. “Esto” son los magrebíes que en los años 60 trabajaban en la construcción y residían en la periferia de Barcelona. Casi nadie, excepto tres monjas de la congregación de las Franciscanas Misioneras de María que se instalaron en Sant Vicenç dels Horts para convivir con los musulmanes.
Una de estas religiosas era Teresa Losada, que en 1974 fundó el primer centro de atención a la comunidad magrebí de Cataluña, Bay al-Thaqafa (Casa de Cultura). La entidad hoy atiende a más de 4.000 personas con actividades de formación y asesoría, y promoviendo el encuentro y el diálogo.
Tal labor es la que ha valorado la Generalitat de Cataluña concediendo a esta religiosa el II Memorial Cassià Just de la Dirección General de Asuntos Religiosos –en la primera edición lo recibió el cardenal Martini–. “Un premio nunca es una cosa personal. El reconocimiento siempre es trascendente. No puede quedar en mi persona o en Bay al-Thaqafa, porque lo hemos recibido gracias a las personas que nos rodean. Es una onda expansiva”.
Le “emociona” el diálogo interreligioso y dice que “estar en relación con otra religión, me ha hecho a Dios mucho más grande”. Una implicación que valoraron en el propio Vaticano cuando, en el año 2000, la nombraron consultora del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso.
Luchadora hasta el final
Ahora, Teresa afronta otra batalla. Contra un cáncer de mal pronóstico. Cuando los amigos la visitan o la llaman, les conmueve su entereza. “La vida eterna empieza aquí, no allí”, dice convencida de que “Dios es un padre que te va acoger. Dios no puede dejar a nadie. No puede dejar al otro”.
Ahora son musulmanes y cristianos los que la apoyan. Estos rezan por ella y le traen agua de La Meca. En esta lucha tampoco está sola: “No tengo miedo a la muerte. Sé lo que me voy a encontrar”
V.ida Nueva
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