Friday, May 25, 2012

Chequeo a la fe del mundo: menos creyentes, más ateos



Un estudio revela los cambios de tendencia en Occidente en los últimos 20 años


DARÍO MENOR | Craig Thompson, uno de los grandes autores de cómic contemporáneos, es un hombre marcado por la religión. Creció en una familia fundamentalista cristiana y ha pasado después varios años de su vida estudiando el mundo islámico. Tanto contacto con diversos credos no han hecho de él una persona religiosa. “Soy espiritual”, decía recientemente, añadiendo que en lo que de verdad creía era “en el arte”.
El caso de Thompson es paradigmático de la situación de la fe en buena parte del mundo, donde Dios parece pasar a un segundo plano. En la mayoría de los países desarrollados, la religiosidad registra un lento pero constante declive. Esta tendencia conlleva un aumento en el número de ateos, agnósticos e, incluso, de quienes se definen, como el dibujante, espirituales, pero no religiosos.
El mordisco de la secularización se siente sobre todo en las naciones del norte de Europa y en las repúblicas exsoviéticas, con excepciones significativas, como Rusia, donde la fe ortodoxa vive un boom ligado al nacionalismo creciente derivado del vacío que dejó la caída de la URSS.
Es arriesgado profetizar cómo se desarrollará la religiosidad en el futuro, pero hay elementos que permiten aventurar tendencias.
Por un lado, es probable que siga retrocediendo el porcentaje de población creyente, especialmente en Occidente, pues el secularismo no da señales de remitir. Por otro lado, las fricciones sociales derivadas del nacionalismo, el crecimiento de la identidad religiosa en ambientes multiculturales e, incluso, la crisis económica pueden provocar un aumento de la fe. Sería una respuesta a la “inseguridad existencial” imperante.
Estas son las conclusiones del informe Beliefs about God across time and countries, realizado por el centro de investigaciones sociológicas NORC de la Universidad de Chicago, recientemente publicado. En él se diseccionala creencia en Dios en 30 países durante los últimos veinte años.
Es uno de los estudios más exhaustivos y completos sobre la espiritualidad, para el que han sido entrevistadas 60.000 personas por los expertos del International Social Survey Programme (ISSP), el ágora donde se reúnen las organizaciones más importantes del mundo dedicadas a sondeos de carácter social. El Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), miembro del ISSP, se encargó de radiografiar la situación de España, para lo que realizó 2.500 entrevistas.
A más edad, más fe
El reputado sociólogo estadounidense y profesor de la Universidad de Chicago Tom W. Smith es el autor del informe, basado en datos recogidos en 1991, 1998 y 2008. Ha estudiado la tendencia en los países donde se han realizado estas encuestas al menos en dos ocasiones.
Las preguntas planteadas a los entrevistados permiten saber el nivel de creencia de la población (desde el ateísmo hasta la fe firme en Dios), el convencimiento o no de las características antropomórficas de la deidad y la evolución de la religiosidad en las diferentes franjas de edad. Es interesante comprobar en esta última variable una tendencia: excepto en Israel, en todos los otros países del estudio, el porcentaje de creyentes aumenta de forma paralela a la edad.
De media, el 43% de las personas de más de 68 años están convencidas de la existencia de Dios, mientras que entre las que tienen 27 años o menos, el porcentaje baja al 23%.
Hasta ahora, muchos sociólogos pensaban que una generación arrastraba durante toda su vida una misma postura respecto a la religión. Esto explicaría que el mayor grado de ateísmo, agnosticismo e indiferencia ante el hecho religioso de los jóvenes vaya poco a poco haciendo sociedades más secularizadas.
Smith, sin embargo, explica que la gente puede ir cambiando su actitud hacia Dios según va cumpliendo años. “Los mayores crecimientos en la creencia se dan a partir de los 58 años. Esta situación se debe probablemente a la cercanía de la muerte”, dice.
España ya no es “catolicísima”
Según la investigación de la Universidad de Chicago, un 38% de los españoles afirman estar seguros de la existencia de Dios, lo que sitúa al país en el puesto duodécimo de las treinta naciones estudiadas. La posición es igualmente templada –la decimosexta– en la clasificación según el número de personas que no creen: hay casi un 10%.
Al igual que ocurre en la mayor parte de los países que analiza el informe, en España se está produciendo unalenta y continua reducción en el número de creyentes. El porcentaje de ateos, sin embargo, no se ha disparado.
“El patrón de que España es católica ya no es tan ajustado como antes. Lo significativo en la religión, que es la práctica, ha disminuido. Los resultados de los barómetros anuales muestran una reducción en el número de los que no participan nunca en ceremonias religiosas, excepto las bodas, bautizos y comuniones por una cuestión social”, explica la socióloga Raquel Vélez, quien cuenta con experiencia en el manejo de estudios sobre la evolución de la creencia en Dios.
Vida Nueva

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