Thursday, May 24, 2012

Los jóvenes católicos deben ser revolucionarios



Hoy no votaremos con hojas de papel marcadas… hoy votaremos con vidas.
Anacleto González Flores (1888-1927)
En el momento político que vive el país, el papel de los estudiantes ha sido protagónico. Los universitarios se han organizado de manera espontánea, a través de las redes sociales, para demostrar su desprecio al cerco informativo de los medios de comunicación y rechazo al candidato del PRI y el sistema que representa, el de un partido represor, violador de las garantías y libertades que quiere presentarse con una cara renovada, pero que, en realidad, esconde el mismo proyecto neoliberal, tecnócrata, corrupto, de impunidad y protección de sus afiliados criminales escudados al amparo del poder público beneficiando a sus familias, clanes y camarillas creyendo tener el derecho absoluto de gozar del poder y riqueza a costa del dinero público proveniente de los mexicanos.
La juventud siempre ha cuestionado el estado de cosas. El magisterio de los Santos Padres y la Doctrina Social de la Iglesia apelan a la conciencia de los jóvenes para que nadie pueda permanecer indiferente ante la suerte de sus hermanos que todavía yacen en la miseria presa de la ignorancia, víctimas de la inseguridad… (Paulo VI. Populorum Progressio. 1967. No. 74). En 1968, año clave en la historia mundial, los jóvenes se movilizaron para cambiar el estatus quo de un México gobernado por el PRI que sólo sabe del lenguaje de la represión.
Hoy la involución y el retroceso amenazan con coartar las libertades que los jóvenes han conquistado durante décadas de lucha. Es cierto, la juventud mexicana ha sido una de los estratos sociales más golpeados por los partidos que únicamente han visto en ellos un factor de poder para después traicionarlos en sus ilusiones y anhelos depositados en candidatos encumbrados por la partidocracia. Esto ha hecho que los estudiantes realicen movimientos y se organicen con el fin de rechazar al candidato del PRI y la desinformación generada por el duopolio televisivo y periodistas al servicio del partido. Con actitud sorprendente, los jóvenes universitarios, muchos de ellos formados en principios cristianos, reclaman al PRI, que se supone debe ser una institución de interés público, el engaño, la manipulación mediática, el nepotismo y el autoritarismo que están detrás del candidato debido a los espejismos y fascinación engañosa de los medios de comunicación que prepararon el terreno para entronizar al candidato del PRI.
Sería irresponsable que los hombres y mujeres profesantes del cristianismo dejáramos a un lado nuestra tarea ciudadana para iluminar esta realidad a través de la concientización y enseñanza a todos los que necesitan de elementos para emitir su voto para no regresar al pasado represor, vil y mentiroso del PRI. Juan Pablo II, quien es amado y querido por la juventud mexicana, animó a los jóvenes católicos a dar razón de su esperanza en medio de cualquier amenaza: “Les escribo todo esto para expresar la viva preocupación que siento por ustedes. Si, en efecto, deben estar «siempre prontos para dar razón de su esperanza a todo el que la pidiere», entonces todo lo que amenaza esta esperanza debe suscitar preocupación. Y a todos aquellos que con tentaciones o ilusiones de signo vario intentan destruir su juventud, no puedo menos de recordar las palabras de Cristo cuando habla del escándalo y de aquellos que lo provocan: «Ay de aquél por quien vengan los escándalos. Mejor fuera que le atasen al cuello una rueda de molino y le arrojaran al mar antes que escandalizar a uno de estos pequeños»”. (Juan Pablo II. Carta a los Jóvenes. Marzo de 1985. No. 13).
En la historia del cristianismo han existido hombres y mujeres dispuestos a dar razón de su esperanza dejando en el mundo su impronta de fe. Partidos políticos, autócratas y tiranos han querido acabar con la libertad, la democracia y la dignidad de las personas; sin embargo, los jóvenes cristianos han alzado su voz con el fin de ser congruentes con el dictado de su conciencia. En 1942, Sophie Scholl (1921-1943), sentenciada a la guillotina a los 22 años de edad, denunció la barbarie desatada por el régimen nacionalsocialista de Alemania.
En México, los jóvenes católicos demostraron su fe llevándola fuera de los templos y ponerla en acción en las calles para transformar el estado de cosas de este país. Como Anacleto González Flores (1888), fusilado el 1 de abril de 1927, ofrendaron sus vidas al creer que la democracia y una vida justa se construyen oponiéndose al fraude y mentira de los partidos políticos que han creído que la democracia puede escamotearse en cifras y números sin importar la voluntad popular.
Haciendo honor a nuestra memoria y a los jóvenes antecesores nuestros en la fe, en este momento decisivo de nuestra historia, seamos testigos y denunciemos a los estercoleros que se valen de los medios y del poder para burlarse del pueblo que todavía creen pasivo y sumiso. El PRI y su deseo ávido de poder sólo exhiben la indecencia al engañar y valerse, como siempre ha sido, de un pueblo católico noble, pero defensor de la conciencia y de la dignidad humana. Los jóvenes católicos demostrarán al PRI y su candidato que sufragar no es sólo cruzar una boleta, sino que el voto se da con la vida propia a través de una revolución que llegue a cada una de las conciencias de este país para acabar, por fin, con esta farsa que el PRI se empeña en sostener creyendo que éste ha sido el partido necesario para el bien de los mexicanos.
El voto de los jóvenes católicos es un voto de vida por el futuro para denunciar la opresión, la violencia, los crímenes, el nepotismo, la burla, la mentira, el fanatismo, la podredumbre, los escamoteos y los engaños que podrían paralizar este país de llegar el PRI y su candidato al gobierno de la República.
Guillermo Gazanini Espinoza
Secretario del Consejo de Analistas Católicos de México

Sursum Corda
RD

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