Monday, February 18, 2013

Algo para pensar y orar en esta semana



El tiempo de Cuaresma ha llegado. Originalmente, Cuaresma significaba “primavera”, por lo que podemos verla como una primavera para el espíritu. También es tiempo para una limpieza de primavera de nuestros corazones!
Sin importar las variantes que la celebración de la Cuaresma ha tenido en los últimos dos mil años, el tema principal es que ella me ayuda a estar más atenta/o de cómo está mi relación con Dios, y con mi vecina/o.
Las prácticas antigüas, usadas para alcanzar este objetivo, eran ayunar, dar limosna y orar. El llamado para ayunar me hace enfocarme más en los temas del espíritu que en los de mi cuerpo. El llamado a dar limosna me ayuda a estar más pendiente de mi vecino necesitado. El llamado a orar alimenta mi relación con Dios, y especialmente con Jesús en su Pasión.
¿Por qué cuarenta días para la Cuaresma? Este periodo recuerda el tiempo que Jesús pasó en el desierto. Para algunos, es el recuerdo de la cuarenta horas que sufrió en la Cruz. 
¿Por qué los huevos de Pascua? En los antigüos “buenos tiempos”, el ayuno era mucho más serio que lo es hoy. Sólo alimentos secos, pan, sal y vegetales eran permitidos. ¡Nada de huevos! Por lo que los huevos eran bendecidos en la Vigilia de la Pascua de Resurrección, y distribuídos como regalo a los amigos necesitados. Los huevos fueron así asociados con la Resurrección de Jesús desde la tumba. En la misma forma, en el Martes de Carnaval se comía panqueques, lo que avisaba que no se comería alimentos hechos con huevos, hasta la Pascua.
La Comunidad de Espacio Sagrado se siente cómoda con los llamados a orar y a dar limosna. Pero ¿qué pasa con el ayuno? Bueno, hay muchas pequeñas cosas que podemos dejar de hacer – la peluquería, los pasteles preferidos, las horas extras frente al televisor, el juntar cosas que no necesitamos. El punto es que estas decisiones nos conduzcan a sentir más profundamente lo que Dios pueda querer de nosotras/os!
Finalmente, Jesús nos alerta para no buscar que todos sepan que ayunamos, oramos o damos limosna (Mateo, cap. 6). El simple acto de lavar las cenizas que se nos imponen en Miércoles de Ceniza, se interpreta, en algunos sectores cristianos, como un recuerdo de la exhortación de Jesús a mostrar que somos felices! En la Liturgia Romana, la Cuaresma es una “estación gozosa”.

Texto: Espacio Sagrado
Fotografía: Roberto Bravo Vidal

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