Tuesday, February 05, 2013

HACE 50 AÑOS HUBO UN CONCILIO. SIGNIFICADO DEL VATICANO II por Victor Codina S.J.




Vivimos a un ritmo tan acelerado que un acontecimiento de hace cincuenta años puede fácilmente quedar sepultado en el olvido si no se hace un esfuerzo por recuperar la memoria del pasado. Y esta recuperación no es fácil si van desapareciendo los testigos directos del acontecimiento. Esto sucede con el concilio Vaticano II (1962-1965).

Lenta pero irremediable han ido desapareciendo los grandes protagonistas del Vaticano II, los papas Juan XXIII y Pablo VI y la inmensa mayoría de obispos, tanto renovadores (Suenens, Alfrink, Frings,  Döpfner,  König, Máximos IV, Lercaro, Helder Cámara…) comoconservadores (Ottaviani y el gran opositor Lefêbvre). De los grandesteólogos conciliares (Rahner, Congar, De Lubac, Schillebeeckx, Jungmann, Häring, Murray…) sólo sobreviven Küng y Ratzinger, entonces muy jóvenes.

También han fallecido los monjes de Taizé Roger Schutz y Max Thurian, los observadores ortodoxos como Evdokimov y el patriarca Atenágoras de Constantinopla, con quien se abrazó Pablo VI en señal de reconciliación ecuménica. Incluso historiadores del Vaticano II, como G.Alberigo y E.Vilanova, han ido lentamente desapareciendo. Los cristianos que de alguna manera vivieron el concilio, hoy son personas ya jubiladas.

¿Cómo transmitir a las jóvenes generaciones de hoy un acontecimiento del cual la mayoría de sus protagonistas ya han desaparecido?

Pero el problema no es simplemente generacional o cronológico, porque hay sectores de la Iglesia de hoy interesados en olvidar el Vaticano II, en enterrar su “memoria peligrosa” o por lo menos en hacer una lectura light y minimalista del concilio.

¿Qué significó realmente el Vaticano II que para algunos constituye el mayor acontecimiento del siglo XX (De Gaulle), el paso del anatema al diálogo (Garaudy), un concilio profético para nuestros días (Chenu), el paso de la Iglesia occidental a una Iglesia universal (Rahner), una gran gracia del Espíritu para la Iglesia (Juan Pablo II), mientras que para otros el concilio constituye una especie de pesadilla o incluso “una cloaca”, como afirmó un lefebvriano? ¿Cómo recuperar hoy la memoria del Vaticano II para que su mensaje sea una buena noticia para el mundo de hoy?

Algunos datos del autor
Víctor Codina, sj. es doctor en Teología. Desde 1982 reside en Bolivia donde ha trabajado con sectores populares y en la formación de laicos en Oruro y Santa Cruz. Profesor de teología en la Universidad Católica Bolivia de Cochabamba alternando con el trabajo pastoral en barrios populares. Ha publicado con Cristianisme i Justícia: Lluis Espinal (Cuaderno 64), Acoger o rechazar el clamor del explotado (Cuaderno 23), L. Espinal, un catalán mártir de justicia (Cuaderno 2).

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Peregrinos estará colocando muchos aspectos de esta publicación.

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