El caso de un pastelero de Oregon: «¿debo ser castigado porque no creo en ese matrimonio?»
MAURO PIANTAROMA
Un problemón, se diría. Sí, porque a Aaron Klein, cristiano y pastelero de Gresham (Oregon), le costó caro negarse a preparar un pastel nupcial para una pareja de lesbianas: podría ser condenado a pagar una multa de hasta 50 mil dólares.
De hecho, según lo que indicó la agencia Aci Prensa, el dueño de la pastelería “Sweet Kakes by Melissa” tendrá que afrontar un proceso ante la Oficina del fiscal general del estado estadounidense de Oregon después de la denuncia de la pareja de mujeres. «Soy cristiano y creo que, como dice la Biblia, el matrimonio es entre un hombre y una mujer. No estoy de acuerdo y no creo que deba ser sancionado por ello», declaró a los medios locales.
En cambio, una de las que lo denunció, Laura Bowman, piensa todo lo contrario. Según su opinión, el pastelero habría usado algunas frases poco tolerantes como «ustedes son abominables para el Señor» o que su dinero no era igual a los demás. Frases que habrían herido la sensibilidad de la compañera de Bowman.
Klein, por su parte, niega haber pronunciado aquellas palabras: «Honestamente, no era mi intención lastimar a nadie, no pretendo hacer molestar a nadie», y aseguró que le dijo a la pareja que lo disculparan «por hacerles perder su tiempo, pero nosotros no hacemos pasteles para matrimonios del mismo sexo». Que por lo demás no son legales en el estado de Oregon, aunque se reconocen las uniones de hecho (tanto para las parejas homosexuales como heterosexuales).
Casos como el de Klein son bastante comunes en los Estados Unidos. En julio del año pasado, en Lakewood (Colorado), otra pastelería fue demandada por el mismo motivo: negarse a preparar un pastel para un matrimonio gay.
En Nuevo México, un fotógrafo cristiano no quiso llevar a cabo el servicio fotográfico de una ceremonia gay y tuvo que pagar una multa de 7 mil dólares. Su caso todavía está siendo evaluado por la Suprema Corte.
En Nueva Jersey, una casa de metodista de retiros se negó a organizar una ceremonia civil de matrimonio para una pareja de personas del mismo sexo. Según las autoridades locales se trata de un caso de evidente discriminación. Lástima que se acabaron los tiempos de los pastelazos.
Vatican Insider
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